La Vida en lo Espiritual y en lo Físico
Sus esfuerzos, sin embargo, fueron en vano, y sus ideas, transmitidas hasta el presente, hoy igual que antes, son pisoteadas y vueltas infértiles. Muchos de estos mensajes y enseñanzas fueron consciente o inconscientemente falsificados y trasplantados a dogmas religiosos irreales, y así cambiados hasta volverse irreconocibles. Inalterables verdades fueron ignoradas o falsificadas sólo porque al hombre le resultaba muy incómodo seguirlas, por lo que hasta el presente, él debe soportar las malas consecuencias. Aquellos que transmitieron, enunciaron y defendieron la verdad, los verdaderos profetas, fueron pisoteados, condenados y maldecidos, privados de la vida y colmados de infamias. Pero aún no ha pasado el tiempo de tales eventos sobre la Tierra. Muchos sabios de la nueva era y mensajeros de la verdad aún deberán sufrir y soportar cosas similares de igual manera porque la masa de la humanidad, conducida erróneamente por las religiones de culto, quiere dirimir en ellos sus trastornadas y maliciosas creencias. Pero el cambio de la época y la nueva era cósmica, con todas sus verdades imponentes, les serán de ayuda en su lucha y les traerán la victoria.
Las razas humanas terrestres del presente viven en una mala exuberancia de codicias y placeres materiales. Su concepto del sentido de una vida sin problemas yace sólo en el mundo material, en el cual la ropa fina, una residencia elegante, lo mejor de comer y de beber, éxitos y ganancias financieras y la satisfacción de pasiones y vicios juegan papeles decisivos. En su forma de pensar errónea, de conciencia falsa, la gente describe esto como una "vida satisfecha" - naturalmente por carecer del conocimiento de la verdad. La gran mayoría de la humanidad terrestre se esfuerza, sin excepción, en tomar posesión tan rápidamente y con el menor esfuerzo posible, de riquezas materiales a menudo enormes y de lograr el poder sobre otros. El nivel de riqueza material y la posición social y profesional determinan el valor de un ser humano, y sus valores espirituales y de conciencia - los que realmente son los únicos valores - no son tomados en serio y son completamente despreciados, pisoteados y tachados como estúpidos. Hoy en el presente, la reputación del ser humano se estima de acuerdo a su nivel económico y de acuerdo a su rango y título. Para estos seres humanos, la realización de su último sueño significa una jubilación descansada y despreocupada, estando hasta orgullosos de haber alcanzado un nivel de cultura tan "alto".
El orgullo de la humanidad terrestre de su lograda "altura cultural" se refiere a logros materiales de mínimo valor, sin embargo, todos sus valores de tipo cultural caen en el fracaso cuando se considera el desarrollo de la conciencia.