VOSOTROS MISMOS CARGAIS CON LA RESPONSABILIDAD...

(Extracto del libro “Kelch der Wahrheit” (en español: “Cáliz de la Verdad”)
Por “Billy” Eduard Albert Meier

  1. Verdaderamente, vosotros siempre tenéis la libre decisión y la libre determinación final sobre el inicio de toda cosa, así como también tenéis la libre voluntad sobre a dónde y en qué dirección queréis orientar todo mediante vuestros pensamientos, vuestros sentimientos, hechos, actos y vuestras obras; sin embargo, no pensáis en ello o sólo lo hacéis vagamente, por lo que no podéis captar ni comprender los resultados, es decir, el destino de las causas que vosotros mismos creáis; y debido a vuestra falta de comprensión al respecto, suponéis que el destino que os ha llegado es merecido o inmerecido y que, además, os ha sido infligido por vuestros prójimos o por un poder superior, pues no queréis comprender que vosotros mismos sois los autores de vuestro propio destino, el cual vosotros provocáis expresamente y el cual no tiene nada que ver con el destino generado externamente, que resulta de coincidencias sobre las que no tenéis ningún poder.
  2. El destino que vosotros mismos os determináis a través de vuestros pensamientos y sentimientos, a través de vuestro obrar y a través de vuestros hechos y actos, se fundamenta en consecuencias y efectos que vosotros expresamente creáis por medio de determinadas causas y que entonces vosotros debéis cargar como destino, de hecho, tanto en lo bueno como en lo malo.
  3. Pero sin embargo hay muchos entre vosotros, seres humanos de la Tierra, que en vuestra tonta falta de comprensión e insensatez afirmáis que la persona no tiene voluntad propia, cuando ella esta sujeta a su destino de todas maneras; sin embargo, no se reflexiona de ninguna manera que precisamente es la voluntad propia del ser humano a través de la cual cada persona individual determina su propio destino; a saber, a través de la Ley de la Interacción.
  4. Cada efecto que recae como destino sobre vosotros, seres humanos de la Tierra, se debe en principio, a la causa de vuestros pensamientos y sentimientos, como también a vuestro actuar y a vuestros actos y acciones que vosotros previamente concebís por decisión propia y en decisión propia formáis; sin embargo, la necia afirmación de que no tuviereis libertad de decisión, tiene como metas la ofuscación y la excusa propia, e igualmente se basa en el disgusto y el refunfuño de que tenéis que integraros en la Ley de la Interacción, y por lo tanto también tenéis que responsabilizaros por vuestro propio destino, así lo queráis o no; sin embargo, incluso en eso mismo también tenéis la libre decisión, en consecuencia podéis establecer vosotros mismos la naturaleza de vuestros pensamientos y sentimientos, vuestros actos y vuestras obras, así como también las resultantes consecuencias y efectos, y ciertamente tanto en lo bueno como en lo malo.
  5. Por lo tanto, a cada destino y a cada interacción le precede vuestra decisión libre e intencionada, de modo que con cada decisión inicial y deseo, vosotros creáis o provocáis cada vez algo que se os manifiesta como interacción y destino. Como consecuencia, tenéis que vivir, tarde o temprano, en aquello que hoy creáis y determináis con vuestros pensamientos y sentimientos, a través de vuestro actuar y a través de vuestras acciones y actos, y vosotros tenéis que cargar inevitablemente con las consecuencias cuando ellas, el destino, os alcance.
  6. Sin embargo, en qué momento os afectarán las consecuencias, es decir el destino, que son procedentes de vuestros pensamientos, sentimientos, decisiones, acciones, actos y procedentes de vuestro actuar, esto es completamente distinto, pues puede ser enseguida, o bien, dentro de unas horas, en días, semanas, o bien, meses o tal vez incluso en años o décadas, pero en todo caso será en esta vida vuestra actual, ya que no se puede transferir nada al mundo de la materia fina del más allá o a una nueva vida en la Tierra así como se enseña erróneamente mediante variadas enseñanzas falsas religiosas, ideológicas y filosóficas, como por ejemplo por medio de la enseñanza del Karma, que es ajena a la verdad y errónea.
  7. Siendo que los pensamientos, los sentimientos, las acciones, los actos y las actividades están sujetos a cambios, obviamente así también pueden realizarse cambios en los efectos, es decir, en el destino, y en las interacciones; si se cambian hacia lo positivo las cosas malas y negativas, los factores de los pensamientos y sentimientos, así como las actividades, los actos y acciones negativos, y así se conllevan y viven posteriormente, entonces se forman de estas nuevas causas también nuevos efectos, es decir, un nuevo destino y nuevas interacciones, tal como está dado en forma justa por las leyes y mandamientos de la Creación; a través de un cambio hacia lo bueno, lo mejor, lo óptimo y lo positivo se cambia también por consiguiente y de la misma manera la interacción, por lo que lo nuevo borra y disuelve lo antiguo, tal como lo determina la ley creacional de la justicia, para que sólo suceda lo que corresponda a la realidad actual.