La Vida en lo Espiritual y en lo Físico

Un espíritu que trabaja conjuntamente con lo creacional y que no juega un papel servil como afirman las religiones de culto. Cada ser humano debe comprobar por sí mismo que su espíritu tiene una función creativa y que debe encontrar su perfeccionamiento dentro de sí mismo, para así garantizar la perfección en la Creación misma. En cada ser humano que alcanza este reconocimiento surge de ello una obligación ineludible que pone a la vida material de uno en segundo plano y de conducir su existencia espiritual hacia los mayores puntos de vista de la Creación, la que con su incesante cambio contiene la continuidad infinita.

Un ser humano que sigue la verdad no conoce ningún prejuicio, pues una opinión preconcebida obstruye la búsqueda, el descubrimiento y la honestidad misma. La persona que vive de acuerdo a la verdad sabe muy exactamente que toda verdad y toda sabiduría yacen en el flujo permanente de la continuidad infinita, así que ninguna opinión preconcebida encuentra justificación en la existencia. Sólo hechos de la verdad pueden ser hechos de la verdad, y sólo hechos de la verdad pueden ser hechos de la sabiduría, mas ninguna otra cosa. Esta es una ley en el gran camino de todo lo que ocurre, pues cada vida debe completarse en ciclos. Causa y efecto encuentran su validez en todos los campos, cuando estos están ordenados según leyes y mandamientos.

Una opinión preconcebida contiene todo lo ilógico de la duda y de lo falso; y si un ser humano llega a asimilar esta transmisión, entonces podrá darse cuenta de una mala debilidad humana, es decir, ver si él está por encima del nivel de la duda y de la crítica preconcebida, o si todavía lo domina el prejuicio. Si todavía está bajo la influencia de ideas preconcebidas, es mejor que ponga este mensaje a un lado, y que lo deje para aquellos que, libres de prejuicios, son capaces de buscar la verdad.

Por doquier en el universo se manifiestan diversas formas de vida, y todas están basadas en una ley muy específica. Es aquella gran e invisible influencia de la Creación, que como misterio indescifrable causa la continuidad infinita y el cambio infinito. Todo lo que respira vida en el universo está sujeto, en tiempo y espacio, a esta indescifrable y misteriosa ley, excepto las formas espirituales, las que encuentran su existencia en la ley misma y no están sujetas a las limitaciones del tiempo o del espacio.