La Vida en lo Espiritual y en lo Físico

Valores del Interior

De verdad, la vida es una lucha, una disputa con uno mismo siempre repetitiva. Las distracciones superficiales de la actualidad siempre tratan de entrometerse, encubriendo y queriendo estar en primer plano, pero el fondo real siempre vuelve a irrumpir de manera indetenible; aún ahogado por el ruido, tapado, descarriado, sobrecargado, sepultado hasta al máximo ..., él siempre esta ahí, listo a irrumpir por el caos acumulado y algunas veces también sólo en forma sugestiva, a mostrar sonriendo que él está encima de todo, invulnerable, majestuoso y viendo desde arriba cómo el hombre se humilla hasta hacerse polvo él mismo.

El sí mismo del ser humano es la perla más preciosa, el tesoro más grande que el ser humano lleva escondido dentro de lo más íntimo de sí mismo - la piedra filosofal.

Él es de plata y de oro, y sin embargo, no consiste de ellos. Él le habla al hombre mismo - y casi siempre el hombre no lo escucha. Él es la luz eterna, la luz de la era universal - en toda oscuridad y en todo lo sombrío en torno al ser humano. Él quiere hacer del hombre un rey - pero el hombre lo viola. El anhelo de todo ser humano lo busca desesperadamente fuera de sí mismo, y sin embargo, está tan cerca - dentro de cada ser humano.

La unión con él capacita al ser humano para procrear, y con él, el ser humano puede crear todo. Pero siempre fueron sólo unos pocos, en miles de años, los que se unieron a él y de esta manera crearon conocimientos mayores que fueron causa del progreso.

Los impulsos y las motivaciones formaron el mundo terrestre y el medio ambiente y transformaron y crearon condiciones exteriores cada vez mejores, mientras que las interiores se atrofiavan y desvanecían. Hoy en la era moderna, gradualmente se vuelve necesario, por las buenas o por las malas, dar la vuelta y regresar por los caminos que conducen hacia los valores del interior, hacia los inalterables tesoros que el hombre ha buscado por mucho, mucho tiempo al exterior de sí mismo. En esto, el hombre ha perdido la medida correcta y debe aprender nuevamente a encontrarla para poder equilibrar todos los extremismos y finalmente avanzar a lo esencial, lo cual es la razón del por qué el hombre vive aquí en este mundo. Que entonces todos los que ven con muchísima más perspicacia sean reconocidos y respetados por los rezagados.