Una Palabra Importante acerca de las Fuerzas Ocultas y la Meditación

Esta es una característica de la persona que siempre quiere tener, lograr y poder algo más rápidamente de lo que le es posible de acuerdo a su inteligencia y razón. Esta impaciencia está relacionada a la suposición errónea en la que vive el ser humano respecto a que él puede aprender una materia más rápidamente y mejor que lo que en realidad le es posible. Esta suposición errónea resulta de una sobrestimación de sí mismo en cuanto a su inteligencia, razón y capacidad de comprensión, etc., etc. Desafortunadamente, el ser humano siempre se ve y se siente más grande y mejor de lo que realmente es, por lo cual los poderes adversos adquieren presencia en él, pudiéndose hacer notar a través de persuasiones apenas perceptibles en la conciencia material de quien está meditando. Una característica especial de tales persuasiones por parte de los poderes adversos, es el de motivar a la persona que medita a no observar con rigor el cumplimiento del tiempo de la meditación o de abandonar finalmente la meditación. Seguidamente, estos poderes adversos producen el pensamiento urgente que la meditación realmente no tiene nada "nuevo" que ofrecer y que la persona que medita ya lo conoce todo bien. Sin embargo, estos poderes adversos, con sus persuasiones apenas perceptibles, nunca hablan de que el conocimiento y aprendizaje de tiempos antiguos que está profundamente enterrado en los que meditan, sólo vuelven a aparecer mediante la meditación en forma de presentimientos, como recuerdos borrosos. Tampoco hablan de que sólo a través de la meditación regresan estos recuerdos. Cuanto más profundas e insistentes se vuelven las insinuaciones de estos poderes adversos dentro del ser humano, tanto más se adelantan las dudas, depresiones e incluso estados de angustia, los cuales muy a menudo van unidos a una crítica desmesurada e injustificada de la meditación. Otro punto digno de mencionar y que debe considerarse importante, es que tales persuasiones e influencias de estos poderes adversos insisten en que la realización de la suspensión de la meditación o del incumplimiento del tiempo fijado se haga inmediatamente. Estas fuerzas adversas albergan en sí la característica de no dejar a la persona que medita el tiempo para reflexionar, ni tampoco el tiempo para una resistencia. No obstante, si la persona que medita se opone a todas estas fuerzas adversas, entonces cambian la forma y la manera de los ataques, los cuales entonces provocan en la persona el sentimiento de su propia incapacidad, es decir, como si el meditante no fuera capaz de comprender, asimilar o evaluar la meditación. Si esto tampoco sirve de nada, entonces las fuerzas adversas cambian de tal modo que influencian en el meditante a considerar que el editor de la “Introducción a la Meditación” no se preocupa lo suficiente de sus discípulos, ni tampoco presta ayuda alguna apropiada (p. ej. en forma de cursos de meditación).