Boletín Especial 2

Ciertos sucesos durante las presentes maquinaciones del irresponsable presidente de los EE.UU., George W. Bush, que fueron nombrados como inconfundibles precedentes para un tercer incendio mundial, indican que este será el inicio real de la realización del “Fin de los Días”, profetizado desde tiempos antiguos. Y esta será una guerra despiadada, como jamás antes librada, que será llevada a cabo tanto con armas nucleares como también con armas biológicas, de radiación y químicas. Y de semejante guerra, las antiguas profecías dicen que aproximadamente dos tercios de la humanidad terrestre será exterminada y que habrá tal destrucción en la Tierra que a duras penas podrá existir vida. Las mismas profecías también dicen que en tal guerra estará involucrado todo el mundo y toda la humanidad, como nunca antes, de modo que ningún estado ni pueblo se salvará de ella. Tanto Europa como los Estados Unidos serán ampliamente destruidos en la guerra, y los seres humanos encontrarán una terrible muerte en masa, y sólo una minoría sobrevivirá. Así está escrito en las profecías, que son ignoradas, despreciadas y ridiculizadas por todos los que aúllan por la guerra. Y si realmente llegara a suceder que esa Tercera Guerra Mundial se desencadenara en la Tierra, entonces esto sucedería única y solamente por la irresponsable demencia de ciertos potentados y los que corren con ellos y los apoyan, para quienes toda vida humana vale un comino, al igual que la naturaleza y la subsistencia del planeta. Entre ellos, hay que mencionar también a muchos antiguos potentados y sus adeptos y defensores que ya no están pegados a sus posiciones de poder, quienes sin embargo, han contribuido mucho a que todo pudiera llegar tan lejos como es el estado de toda la arruinada situación mundial militar, política, religiosa y económica actual. Pero hoy en día son especialmente los irresponsables maniáticos del poder, como principalmente el presidente de los EE.UU., Bush, y los que gritan en pro y hurras a su favor y otros que lo apoyan, así como también el israelí Ariel Sharón, el palestino Yasser Arafat, y el dictador iraquí Saddam Hussain, además de irresponsables dirigentes de estados europeos que creen, con su miedo y cobardía, que deben estar aliados con Norteamérica para salvarse ellos mismos de la guerra. Pero si efectivamente irrumpiera la tercera deflagración mundial por culpa de los Estados Unidos e Israel y todos los terroristas, entonces a todos los que aúllan por la guerra se les atragantará el grito en la garganta.