Boletín Especial 7
El emperador de los EE.UU. George W. Bush, como también el gobernador de su imperio, Tony Blair en Gran Bretaña, cabalgan como Gengis Khan en antaño, sobre un caballo de guerra y dirigen sus tontos soldados en la guerra, el terror, la muerte y destrucción. Y una vez terminada la batalla, con muchos muertos y todo destruido, entonces se sientan en la cima de su poder militar y son aclamados por los tontos de sus pueblos. Y esto aunque, entre otras cosas, Bush era un miserable bebedor y rehuyó el servicio militar y otros tuvieron que poner sus cabezas en Vietnam por él. Sin embargo, así como con Bush y Blair, así ha sido también desde hace mucho tiempo: Los mayores fracasados, ineptos y frustrados tienen el hocico más grande y cuando alcanzan el poder, levantan su voz tanto sobre la gente que son capaces de encubrir su cobardía, su impotencia y toda su ineptitud en todas las cosas. Sin embargo, solo pueden proceder así con los inexpertos quienes guindan como bolas de excremento en su trasero y son engatusados por la pestilencia, por lo que no se dan cuenta de que cuelgan de criaturas que todas sus vidas no fueron sino fracasados.
Tony Blair, como marioneta del sectario asqueroso Bush, permitió que los soldados a su servicio asesinen y destruyan y saqueen museos en Irak. Y Bush mismo, como alcohólico reformado y evasor del servicio militar se arrodillaba santurrón ante un Dios imaginario y rastreramente hizo sus rezos egoístas – si todo esto no es solo un espectáculo, pretencioso y artificioso como anteriormente con Saddam Hussain y Blair, con el fin de brillar ante sus tontos y exaltados creyentes – y se bañaba gustoso en una verdadera borrachera de sangre. De todas maneras Bush y Blair no han sido los únicos y no serán los únicos en el futuro, pues también Ariel Sharon y sus cohortes en Israel y Yassir Arafat en Palestina no fueron ni son ni un pelo mejor. Y todos ellos dejarán que la sangre humana siga corriendo como ellos mismos la han hecho correr siendo potentados; George W. Bush como gobernador responsable de asesinatos por pena de muerte y proponente de la misma, Ariel Sharon siendo jefe militar, y Yassir Arafat siendo jefe de terroristas y otros asesinos que realizan atentados suicidas. Pues quien ordena las matanzas de personas es un asesino, al igual que el que lleva a cabo la orden y el asesinato. Y esto sin importar si se involucra a los Dioses de las diversas religiones y sectas y se ejecuta la supuesta orden de un Dios. Quien afirma tal cosa conduce a las personas al error y es un mentiroso, igual si se trata de un Cristiano, Musulmán, Hindú, Judío, Budista o cualquier sectario.