Boletín Especial 7

En realidad, todo esto sirvió sólo para expulsar nuevamente a los iraquíes que habían caído en la trampa de los Norteamericanos que estaban en Kuwait – sin que la ONU probablemente supiera nada del trasfondo de la trampa Norteamericana. Por lo tanto, las medidas de la ONU para la liberación de Kuwait sirvieron para volver a expulsar a los conquistadores iraquíes. Por lo tanto, todo ello no debe relacionarse con el artículo 42 de la Carta, sino con el artículo 51, que dice que si se da el caso de un ataque armado, se da el derecho “natural de la autodefensa individual o colectiva”. Sin embargo, en esto no se debe pasar por alto que según la Carta de la ONU estas medidas de autodefensa sólo son legítimas “hasta que el consejo de seguridad de la ONU” haya elaborado y decidido las “medidas necesarias para la conservación de la paz mundial y de la seguridad internacional”. Finalmente hay que mencionar que no está prevista ninguna concesión para que el consejo de seguridad otorgue una autorización para acciones militares por parte los miembros de la ONU. Incluso si después de la ocupación de Kuwait uno reflexiona en forma realista sobre el comportamiento del consejo de seguridad desde el punto de vista que en consecuencia de las circunstancias internacionales, de acuerdo con la Carta de la ONU, no puede otorgarse ninguna capacidad para dar vida a un comité de estado mayor y realizar, por sí mismo, acciones militares, entonces se puede decir que esta ridícula organización de todas maneras debe decidir sobre la paz y la guerra en el mundo, pudiendo ejercer tal poder que haya asesinatos y destrucción de obras humanas, si la ONU pronunciara la orden respectiva. Y semejante organización no sólo es un gran mal y está fuera de lugar en la Tierra, sino que no tiene ninguna razón de existir. La guerra, el terror, así como el asesinato, el homicidio y la destrucción siguen siendo siempre lo mismo, aun cuando todo lo relacionado con ello es decidido y dictado por la ONU. Y si finalmente se reflexiona nuevamente sobre el golpe militar de los EE.UU. contra Irak y su población, que ha sido oprimida por Saddam Hussain, vejada, torturada y asesinada en muchas ocasiones, entonces, en este aspecto por lo menos se debe reconocer que la ONU no le dio a los EE.UU. ni a Gran Bretaña y todos los demás participantes criminales ningún poder ni mandato de parte del consejo de seguridad de la ONU para forzar bélicamente el desarme iraquí. Al menos en esto ha actuado bien esta ridícula organización – en cambio, sin tomar acción alguna, dejó que los EEUU y Gran Bretaña, así como los que se arrastran ante ellos, provoquen una guerra en Irak. Si fue cobardía o impotencia lo que estaba en juego, esto está por verse.