Boletín Especial 7

Y pronto se dispara la maquinaria agresiva: las calumnias, las mentiras, persecuciones, difamaciones, disturbios del populacho, malos rumores, crímenes y asesinatos.

No se olviden nunca que hace 2,000 años clavaron a la cruz a un conocedor de la verdad que pensaba diferentemente, porque con la fuerza de su conocimiento destacó de la masa. La iglesia, con sus mecanismos de inquisición, ha detenido, humillado, torturado, condenado y matado como si fueran brujas y a brujos a los sabios y a los que pensaban distintamente - porque tenían conocimiento. A mí nadie me puede decir que la inquisición ha sido abolida. Hoy en día se desenvuelve en un nivel muy sutil. Hay cardenales expertos en oratoria que con suave y arrulladora voz simulan ante el pueblo conocimientos "divinos", de lo cual la iglesia deduce un derecho exclusivo de representación y condena a todas las demás orientaciones de creencia. Pero las otras creencias practican el mismo disparate. Aun hay también los llamados encargados de sectas, en estamentos oficiales, que deben juzgar cuando una secta se puede calificar de “peligrosa” o “no peligrosa”. Paradójicamente estos comisionados para sectas provienen de las mismas filas de las comunidades religiosas establecidas. Lo cómico en todo el asunto es que estos ignorantes, a modo de "sub-sumario", deben y quieren determinar qué pertenece a la verdad y qué no. Aquí a burros los han puesto de campesinos. Y también hay los autonombrados conocedores, quienes le ponen la zancadilla a un verdadero conocedor sólo para demostrar que el conocedor es una persona errada que debe evitarse. Este es el efecto deseado ante el público que esta detrás de todo ello. El efecto personal es, digamos, el no deber someterse a una “jerarquía de conocimiento”, lo que para la mayoría conlleva el amargo sabor de la autorevisión. Con frecuencia yace también detrás de todo ello una sensación de insuficiencia que debe mantenerse en secreto para dejar justificada la vanidad personal. Para el individuo ignorante es primordial evitar esto. ¿Es esto la evolución personal? ¡Muy difícilmente! Todo lo que estos individuos dominan realmente a la perfección es impedir su propia evolución, con lo que garantizan su estancamiento. Y en ello yace verdaderamente también su "poder real", que se deriva de un sistema de pensar del ego que está mal encaminado y, por lo tanto, malogrado en su desarrollo.