Boletín Especial 6
Tales proyectos ya han sido puestos en práctica varias veces en la historia de la larga lista de invasiones norteamericanas a otros países, - siempre justificadas con algún pretexto que según su necesidad fueron y son construidos por medios más o menos sucios. Primero traen la destrucción, luego la reconstrucción – un redondo negocio de miles de millones – y al mismo tiempo una expansión del área de poder.
Todo ser humano que tiene una conciencia ética y un sentido de autoestima sano y que siente respeto hacia sí mismo y los demás, se ve ante el deber y la responsabilidad de levantar su voz y demandar la deposición, así como el enjuiciamiento de los culpables, y de no limitar su voz a solamente un pequeño círculo, sino de hacerla sonar a un nivel amplio donde también sea oída por otras personas. Esto también, aún cuando por el momento no se pueda hacer nada físicamente contra el brutal poder de los militares y de los falibles y criminales políticos y los poderosos mandatarios. No obstante, gota a gota se perfora la piedra, cuando se llega a la conciencia de cada individuo y finalmente también la de toda la humanidad, enraizándose todo y pudiéndose lograr un éxito de la sensatez. La conciencia es el origen de todos los actos, por lo tanto, sólo en ella está el camino para una solución del mal.
No sirve de nada esperar que algún dios de alguna religión intervenga con su ayuda, pues en primer lugar, no hay tal, y en segundo lugar, el ser humano sólo puede lograr algo mediante el entendimiento de su propia responsabilidad y mediante decisiones propias.
El terrorismo y la guerra son los crímenes más sucios en contra de la humanidad, y toda guerra supuestamente antiterrorista y todas las acciones supuestamente antiterroristas que a su vez también se basan en el odio y la violencia y así generan continuamente todo mal de la misma manera en un aumento mutuo sin fin, son también simplemente crímenes en contra de la humanidad.