Boletín Especial 2

Y que Dios siga bendiciendo los Estados de América.” Y aún más: “Es nuestra vocación como un país bendito hacer este mundo mejor.” Oyendo esto, cualquier persona recordaría posiblemente que en el cercano Oriente hay otro “pueblo elegido” para la gloria y complacencia de Dios, disponiendo de toda clase de auxiliares blindados (y armas atómicas en el sótano) y otros “medios” drásticos, que intenta convencer a los antiguos propietarios del territorio, desde hace décadas, que es útil para la paz si besan las botas de aquellos que los han pateado.

Pero como dice en el libro “OM”, Canon 32, versículo 253: “Quien calla cuando se le propina una patada, no es tolerante, sino detestable, y quien calla cuando ve que su prójimo es maltratado, es un traidor en el cumplimiento del deber de la vida.”

En este sentido apelo a todos los gobernantes, dirigentes financieros, científicos y personas responsables que estén capacitados para la cordura y la compasión, de utilizar su influencia sin demora, de forma que ni la ONU ni el consejo de seguridad, ni tampoco los EEUU provoquen esta guerra. Hay otros y más razonables medios para asegurarse de que regímenes injustos, como aquel en Irak, no puedan desarrollarse hasta semejante gran potencia. ¡Y esto es válido especialmente para los Estados Unidos, quienes por fin deberían aprender de los errores pasados y no seguir alimentando de sus propios pechos a crías de serpientes – a estados “canallas” y a grupos “canallas”! - , los que luego se tornan en contra de sus sustentadores, tal como ya ha sucedido repetidamente; ¡piensen solo en el caso de los Talibanes y Saddam Hussain!

Solo un grito mundial contra el belicismo del gobierno norteamericano y ciertos vasallos europeos, y un concertado y determinado ingreso de la comunidad popular mundial podría posiblemente conducir a que la población norteamericana se despierte de su ofuscación, formada por el miedo y los sentimientos de venganza, y se rebele contra las intenciones suicidas de su gobierno. Suicida por la razón de que semejante ataque de guerra, con alta probabilidad, escalará y hará rebosar el espumeante odio del mundo islámico a los que miden con medidas distintas y que se han erigido a sí mismos como la policía mundial - los EEUU. Es una ilusión creer que, frente a protestas opuestas, con semejante ataque militar que se trata principalmente de sólidos intereses petroleros, se podría aportar más seguridad general a la sociedad norteamericana y al mundo occidental.