Armas, falsa educación, matar, guerra
Y esto porque los educadores infantiles, dan falsas enseñanzas a los descendientes, instruyéndoles según las erróneas ‘divinas’ enseñanzas, castigo, venganza y desquite, así como guerra y pena de muerte; cosa que sin embargo, representa un error educativo sin igual.
En vez de enseñar a los niños de forma educativa acerca del valor de toda vida y su integridad así como del verdadero amor, paz, equilibrio, libertad y armonía, se les enseña y se les muestra con el ejemplo a través de los educadores, así como también por todas partes por medio de los adultos, todo lo malo: disputa, odio, discordia, malignidad, sed de venganza y sed de desquite así como asesinato y homicidio y toda forma de perversiones en todos los aspectos. Por lo tanto los niños aprenden desde su tierna infancia, por medio de sus padres, varios educadores y por medio de los adultos en su entorno, todo lo malo, la violencia, el matar y todas las imaginables perversiones de toda clase. Y lo que los niños aprenden falsamente en este aspecto, desde luego lo siguen desarrollando, lo llevan todo hasta la pubertad y lo convierten en malignos, dañinos y destructivos efectos - hasta matar a seres humanos. Y con frecuencia es así, que todo lo que se aprendió y se siguió desarrollando en la niñez temprana, y durante el siguiente tiempo hasta la pubertad, también lleva consigo repercusiones en la edad adulta, y por consiguiente se manifiestan por lo general, insensibilidad, odio, discordia, sed de venganza, indiferencia, sed de revancha, inhibición, desequilibrio, así como desarmonía, deshonestidad y falta de virtudes.
Y esto sucede lamentablemente con la mayoría de la humanidad terrestre; y consecuentemente se propagan también por el mundo entero los nombrados males, por todas partes reina la discordia y la actitud inhumana, y cada uno es el prójimo sólo para sí mismo, en una malvada forma de orientación.
Y puesto que no tan sólo están afectados por estos males los niños y los jóvenes mal educados, sino también los adultos, de esta forma se hace todo el problema y el mal todavía más grande y craso. Y esto se da por la razón de que los adultos, como padres o bien como otros educadores, que deberían otorgarles a los niños y jóvenes una educación adecuada y optimista, son, ellos mismos, presa de todas las malignidades, males y perversiones; y en consecuencia no pueden ni correctamente a los descendientes, sino que solamente lo saben hacer de la misma, miserable e insolvente manera que les es propia a ellos mismos.
Muchísimas personas que poseen armas, viven en la ilusión de que tienen un amplio control sobre sus armas. Pero esto es verdaderamente valido sólo para muy pocos, pues en la mayoría de los que poseen armas, el control amplio es solamente una ilusión extremadamente engañosa; es decir, porque ellos están dominados de forma verdaderamente paranoica por sus armas; y en consecuencia las emplean abusivamente, cuando pierden los estribos por cualquier motivo.