Boletín Especial 5
¿O tal vez será que este hombre llamado Stamm se cree ser dios en forma autócrata como George W. Bush pensando que ha tragado sabiduría a cucharadas (que en su caso es mínima)? Aunque también podría ser que Stamm realmente envidie a Billy Meier y que por eso trate de socavarlo. De todos modos, hay muchas posibilidades, pero cualquiera es más estúpida y primitiva que la anterior.
Y lo que ahora aún resta por decir respecto a la guerra de Irak es que mis hijos y yo estamos de acuerdo con las exposiciones y declaraciones de Billy, pues lo que dice es muy cuerdo y puede ser entendido por cualquier ser humano que sea sensato siquiera a medias. Sólo los dementes y demás locos no pueden hacerlo porque no son capaces de la sensatez y de la inteligencia.
Billy, continúe con su trabajo sin intimidarse, grite su verdad al mundo, pues es necesario que lo haga. Los cobardes, los locos, tontos y autócratas no lo hacen. A través de sus acciones y su esfuerzo y su trabajo de dimensiones incalculables Usted incita a las personas a reflexionar de una manera como nadie más es capaz de hacerlo. Mis hijos y yo estamos seguros de que habrá muchos quienes se encaminarán por sus palabras, por lo que algún día lejano surgirá aquello que Usted aspira conseguir mediante su difícil trabajo, que por fin madure la sensatez de los seres humanos y que finalmente llegue a la Tierra aquella libertad y aquella paz que tanto anhela la humanidad desde hace milenios.
E. Quinter (padre), actualmente en Suiza
Delincuentes en Acción Contra la Humanidad
Al observar la furiosa guerra en el Golfo uno debe avergonzarse de ser humano, pues los actos atroces que suceden allí carecen de toda dignidad humana. Y la culpa de todo el desastre la tienen los autócratas irresponsables, quienes se creen omnipotentes y son gente sin responsabilidad, trastornados y dementes, así como psicópatas y paranoicos quienes, como George W. Bush y Tony Blair, están a la cabeza del pueblo en Norteamérica e Inglaterra junto con sus lobos sarnosos que aúllan con ellos, los llamados consejeros, como Rice y Perle, Rumsfeld y Powell, etc., además de otros babosos entre sus filas y en diversos otros estados que se agachan cobardemente como en manada de lobos, arrastrándose en el pestilente trasero de los poderosos y supremos criminales.