Boletín Especial 2

Todavía, Una Palabra Importante

En 1991, el presidente norteamericano George H. W. Bush dirigió una guerra contra el pueblo iraquí y contra su liderazgo con el propósito de expulsar al dictador Saddam Hussain y para hacer de Irak un protectorado norteamericano, lo cual falló miserablemente. Por eso, el nuevo presidente norteamericano George W. Bush ahora se quiere vengar, para lo cual naturalmente Bush padre colabora en el trasfondo y ayuda junto a otros irresponsables, convulsionando y provocando para fomentar una nueva guerra en el golfo. Hoy, todos los signos apuntan hacia la guerra, conjurada por aquellos norteamericanos sin conciencia, para quienes una vida humana no vale nada y quienes – como muchos entre ellos – ayudan y hacen todo para que Norteamérica sea el más bajo así como el más depravado, y con su terror militar, estatal, judicial y económico, el país más malo entre todos los países del mundo civilizado. Naturalmente se excluye a los norteamericanos – quienes lastimosamente representan solo una minoría – que son seres humanos dignos y no tienen nada que ver con el sistema gubernamental estadounidense, o el sistema judicial, la política, la religión y la economía, como tampoco con los militares ni con todo el terror relacionado a ello. Esto tiene que ser claramente dicho. Todos los signos ya apuntan hacia la guerra, a cuyo efecto el presidente norteamericano George W. Bush de forma grosera todavía tuvo la enorme impertinencia hipócrita de traer a Dios al escenario, bajo cuyo encargo, Norteamérica es responsable de preocuparse por la paz y el orden mundial, donde este autocrático e irresponsable tipo se jacta, por así decirlo, como la mano vengadora directa de Dios, e incluso se eleva a sí mismo como poder omnipotente. Con horrendas falsedades él agita, con diatribas de guerra, a las personas de todo el mundo y sostiene que la seguridad del estado norteamericano está tan amenazada por Saddam Hussain como también el resto de países del mundo, etc. Pero estas falsedades sólo sirven para atraer al máximo número posible de aliados al lado norteamericano, al lado de Bush, y para recordar a los miembros socios de la OTAN que tienen el deber de apoyar a Norteamérica. Para esto, Bush se vale de cualquier medio, por lo tanto, él y sus simpatizantes y los que lo apoyan siempre inventan nuevos escenarios de amenazas. Se habla de gigantescos arsenales de armamentos químicos y biológicos que Saddam Hussain supuestamente ha mantenido escondidos de los inspectores de la ONU en hogares privados en Irak y luego en su vecino Siria.