Profecías y Predicciones para el tercer milenio
Y cerraréis cada vez más vuestros ojos frente a los crímenes que suceden ante vuestra mirada, ante las violaciones de mujeres desamparadas y desprotegidas, ante el abuso sexual de niños, al igual que ante los malignos y frecuentemente fatales actos violentos que transcurren contra los ancianos, los minusválidos, los débiles e indefensos prójimos. Cada vez más se destruirán deliberada y maliciosamente toda clase de logros humanos, se cometerán saqueos y robos, como también estafas, como también reinarán las mentiras y las calumnias cada vez más y más para el provecho propio. Por el afán de lucro de aquellos entre vosotros que manejan los alimentos, su plantación y utilización, cada vez más y más la Tierra será poblada de personas hambrientas; y será horrible ver cómo les salen a los hambrientos los huesos de la piel y cómo supuran y se ensucian sus heridas y son invadidas de bichos. Y será cada vez más espantoso que muchos de vosotros seréis expulsados de vuestra patria y seréis cazados y matados como animales nocivos, mientras que muchos otros huyen y en su huida pierden la vida de varios modos. Pero la mayoría de vosotros, seres humanos de la Tierra, no prestaréis ninguna atención, así como ya es hoy, porque apartáis vuestro rostro del dolor de los refugiados y no emprendéis nada para que ellos puedan vivir y trabajar en sus países de origen y llevar una vida digna. Cada vez más y más os preocupáis solamente de vosotros mismos y tranquilizáis vuestra mala conciencia sólo de manera que dais baratas limosnas para los pobres y los que sufren, cuidándoos sin embargo, de que vuestro nombre esté en todas las bocas como buena persona y de que recibáis un sinfín de veces la limosna que habéis dado.
En verdad, el precio de una vida humana disminuirá cada vez más, y continuamente irá en aumento entre vosotros el tráfico de esclavos, ya sea para la esclavitud de trabajo, para la prostitución, para el uso como mercenarios, o para el tráfico de órganos, o para que roben, secuestren, vendan y se sacrifiquen como ganado a personas sanas y que sean robadas de sus entrañas sus órganos y partes del cuerpo. Y todos los codiciosos entre vosotros que traficáis en ello o que sois vosotros mismos los asesinos, verdugos, carniceros y destripadores, vosotros incluso os pelearéis por la sangre del asesinado, así como también por su piel y huesos – como ya es común y corriente en el tiempo del tercer milenio ya iniciado - y así, en tiempos venideros esto se volverá aún muchísimo peor. Y el tráfico de personas no aumentará tan sólo con los adultos, especialmente con mujeres jóvenes para la prostitución, sino también con hombres para propósitos de esclavitud de trabajo, también con los niños, a quienes se les obligará al trabajo y quienes serán abusados sexualmente por pederastas. Y todo crecerá cada vez más en estas formas, de modo que lo inviolable de vuestra dignidad humana se despreciará y se olvidará cada vez más.