Profecías y Predicciones para el tercer milenio

Pero esto no será el mérito de vosotros los hombres, sino de vosotras las mujeres, pues vosotras tomaréis el bastón del liderazgo y de la dignidad y conduciréis el destino de vosotros, seres humanos de la Tierra, porque vuestra prudencia femenina y vuestra mentalidad estará dirigida hacia el amor, así como hacia la paz, la libertad, la dignidad humana, la igualdad y la armonía, y detendrá los caprichos de vosotros, los hombres, en lo referente a la guerra, la violencia y toda clase de degeneraciones. De esta manera, después de todos los milenios de maldad, de perversión, de violencia, de desarmonía, de falta de amor y de libertad, y de discordia, de la mujer emanará la esperanza y la felicidad, así como también lo fácil de la vida, en la cual, y a partir desde ese entonces, se cumplirán todos los sueños que estén encaminados hacia el amor verdadero, hacia la paz, la libertad y la armonía - sin embargo, el tiempo hasta aquel momento tardará, pues el camino desde la barbarie hacia el buen futuro es largo y arduo. Sin embargo, nuevamente encontraréis el orden, conjuntamente con la Tierra, con su clima, la naturaleza, sus bosques y plantas y con sus aguas que desde entonces serán nuevamente sanas y puras, y con las zonas desérticas vueltas a la vida, pues todo se orientará desde aquel momento de acuerdo a las leyes y los mandamientos de la Creación y el acatamiento de éstos. Y así, en el orden nuevamente creado, sanaréis las enfermedades y evitaréis epidemias antes de que éstas aparezcan, y cada uno de vosotros será experto en ayudarse a sí mismo, así como también cada uno de vosotros ayudará a su prójimo. Y mediante la total transformación a lo bueno, a lo mejor y lo óptimo, que vosotras, mujeres de la Tierra, llevaréis a cabo, se acabará la pobreza de muchos entre vosotros humanos de la Tierra, pues serán atendidos por la sabiduría y la bondad de las mujeres, puesto que desde aquel momento también se dará con alegría y con verdadero humanitarismo y nunca más sólo se tomará, y tampoco nunca más se exigirá algo a cambio. Y desde aquel momento cada uno de vosotros estará a la disposición de su prójimo y los demás seres humanos con buenas relaciones interhumanas, por lo que ya no existirá más la soledad y vosotros os reconoceréis y aceptaréis los unos a los otros como seres humanos, sin ser presuntuosos con respecto al pueblo de origen, el color de piel, la opinión, el idioma, o bien, el nivel de conocimientos y la educación, etc. En verdad, toda esta benignidad la tendríais tan cerca si tan sólo supierais concebirla, comprenderla y aplicarla, pero todavía no sois capaces de ello, y por eso la benignidad os está tan cerca y sin embargo tan lejos, pues primero debéis encontrar el camino correcto, tal como se os ha establecido mediante las leyes y los mandamientos creacionales, los cuales podéis leer y seguir en la libre naturaleza.