Profecías y Predicciones para el tercer milenio

Y un mal adicional de que se recluten como sectarios a cada vez más académicos y personas de altos estudios, es el hecho de que vosotros, a través de ellos, buscáis satisfacer vuestra ilusión de querer clonar animales y personas según vuestras ideas y deseos, pues queréis tener nuevamente aquello que perdéis o que habéis perdido debido a la muerte. Y esto lo hacéis mientras extermináis irresponsablemente género por género y especie por especie de las formas de vida en plena naturaleza, en el aire, en la tierra, en el suelo, y en el agua, por cualquier antojo o motivo mediocre que sea. Así os eleváis vosotros mismos a ser el mal de todos los males, al mismo tiempo que os creéis buenos y la Creación, la cual desconocéis completamente dentro de vuestras ilusiones sectarias y religiosas, suponiendo erróneamente que es una divinidad.

Y os llegará, seres humanos de la Tierra, cada vez más miedo, más veneno y más desesperanza, y ya vuestros hijos serán los afectados cuando ellos sean perseguidos, se abuse de ellos sexualmente, sean atormentados, azotados y vendidos por los padres, o bien por traficantes de esclavos. Por lo tanto, el miedo, el veneno y la desesperanza también amenazarán el desarrollo de la conciencia de muchos entre vosotros, de tal modo que os volveréis apáticos y yermos de sensatez. Y esto no es de sorprenderse, ya que a vosotros, seres humanos, os empujan cada vez más lejos de la verdad las falsas, engañosas e irresponsables religiones, sectas, ideologías y filosofías; por consiguiente, cada vez menos de vosotros reconocen la verdad efectiva de las leyes y los mandamientos de la Creación, y por lo tanto cada vez menos las cumplen. Por consiguiente, durará mucho tiempo la transformación hacia lo bueno, lo mejor y lo óptimo, pues sólo cuando la mayoría de vuestra humanidad terrestre aspire a ello, seguirá la gran transformación hacia el aprendizaje correcto de la verdadera verdad y el comportamiento correspondiente.

Por el momento, sin embargo, os creéis vosotros, seres humanos de la Tierra, como Dios y no sabéis que éste no es sino una figura ilusoria inventada por humanos, que no tiene nada que ver con la efectiva Creación universal, es decir, con la conciencia universal. Y aún después de bastante tiempo no reconoceréis que vosotros no sois ni más ni menos que como cuando nacéis: pequeños, ignorantes y desamparados si no fuera por la acción de las leyes y los mandamientos de la Creación. Y debido a que todavía no reconocéis este hecho os creéis ser divinidad, como un poder sobre la vida y la muerte, y de esta manera creáis, protegéis y preserváis lo malo, desatáis guerras, estáis sedientos de venganza, desquite y de sangre, os dejáis conducir por los celos y la furia y aprovecháis toda oportunidad para lograr el poder, el lucro y la riqueza material.