La Enseñanza del Espíritu
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En realidad, sólo existe la Creación, la que como Conciencia Universal, ha creado el universo entero y todas las cosas dentro del mismo, incluyendo todas las formas de vida, a las que pertenece el ser humano también. Y esta Creación demanda nada del ser humano, ni tampoco carga ninguna responsabilidad por algo que el ser humano piense o haga.
- ¿Qué se debe decir a aquellas personas que creen en un Dios, o incluso en muchos dioses, o en santos y ángeles guardianes?
El resultado entonces, es que el hombre mismo, en todo aspecto, es responsable de todo y de cada cosa, y debe cargar esta responsabilidad y también sufrir sus consecuencias él mismo, sin importar lo que piense o lo que haga o cómo proceda. Esto quiere decir también que el ser humano es absolutamente independiente de un alto poder y no está subordinado a ninguna cosa por el estilo, y ningún poder superior puede ejercer una protección, ya sea un guía espiritual, o un Jesucristo, o un Dios, un santo, un ángel de la guarda u otros arquetipos, etc. Todos ellos son solamente artilugios de las religiones y de las sectas, inventadas y fomentadas para distraer a la gente de la verdad real y hacerlos creer que no son independientes, sino dependientes de un poder superior. Y esto ya ocurrió en las épocas más tempranas para poder mantener sumisa a la gente, en la esclavitud, para que no se rebelen y se entreguen a la opresión con una actitud humilde y dócil.
Nuestra enseñanza de la verdad no aspira destruir las religiones y sectas o cualquier creencia en una persona, pues para nosotros vale la regla de ser tolerantes y no misionar. Por nuestra parte, nosotros nunca nos acercamos a los miembros de una religión o secta para convertirlos con nuestras enseñanzas. Nuestro lema es que cada persona debe ser feliz con la creencia o el conocimiento que ella practica. Por lo tanto, si una persona cree en un Dios o en un ángel protector, etc., nosotros no buscamos quitarle esa creencia. Nosotros sólo actuamos cuando las personas vienen y preguntan acerca de nuestra enseñanza y nuestro conocimiento. Únicamente de esa manera ofrecemos información.
A pesar de que no misionamos, es nuestro deber diseminar la verdad sobre las religiones y sectas, lo cual hacemos exclusivamente en nuestros escritos que pueden ser comprados por aquellos interesados. Los interesados nos buscan por su propia voluntad, sin que ellos sean molestados en forma misionera por nosotros, y naturalmente les damos, a sus preguntas, todas los hechos, respuestas y clarificaciones pertinentes que deseen. Estas conducen naturalmente, como dice nuestra enseñanza, a que el hombre nunca debe creer, sino que él debe reconocer y ver la verdad.
A todos los interesados se les debe explicar que la creencia causa la dependencia e incluso la esclavitud, y a menudo lleva al fanatismo, y de esa manera no sólo se limita la libertad del pensamiento, sino que también es impedida y destruida. Si el hombre quiere ser realmente libre, entonces tiene que disponer de su propia libertad de pensamiento, mediante la cual puede decidir sobre todo y cada cosa él mismo, sin tener miedo de que la "espada de Damocles" de un Dios supuestamente amoroso, pero en realidad punitivo y por lo tanto vengativo, esté colgando sobre su cabeza y le pueda caer encima. El ser humano debe ser libre de tal forma que pueda tomar todas sus decisiones y realizar también todas sus acciones en responsabilidad absolutamente propia, sin tener que pedir permiso primero a un Dios, o a un espíritu protector o a Jesucristo, etc., o sin preguntar si algo está bien o mal, porque estos personajes imaginarios supuestamente deben fijar la norma para ello y tienen la responsabilidad de ello.
La verdad es que el hombre mismo, siempre y en todo caso, tiene la responsabilidad por todos sus pensamientos, sentimientos, opiniones, ideas y acciones. De esta forma, él también debe decidir constantemente sobre lo bueno o lo malo, o lo negativo o positivo de algo, y precisamente para esto, él necesita la libertad absoluta del pensamiento y de la decisión, sin que poderes imaginarios le den mandos o puedan interferir de alguna manera con su libertad y sus decisiones. De esto resulta también que el hombre debe conocer la verdad y que el conocimiento es un requerimiento esencial para que él pueda decidir por sí mismo. Sin embargo, es justamente este conocimiento lo que las religiones y las sectas quieren sofocar.