El Mundo de Pensamientos Positivos - Negativo y Positivo - Mal y Bien

En contraste con la riqueza de ideas de la Creación, todo lo que el ser humano prepara y crea, corresponde a ideas materializadas, pensamientos, nociones, consideraciones y cosas concebidas, etc. Sólo cuando él ha procesado algo mediante ideas, pensamientos y nociones, puede realizarse, o volverse realidad, a través de su iniciativa. El ser humano es capaz de influir en la materia y trabajarla mediante sus ideas, sus pensamientos y criterios y las acciones resultantes. La materia no es simplemente una sustancia gruesa, sino sólo una forma distinta de manifestación de energía, la cual existe en muchísimas formas y cuya existencia inicial se remonta a un origen puramente creacional. Y puesto que toda energía está compuesta de fuerzas primordiales de la Creación, éstas también componen la materia de sustancia fina, la materia espiritual. De esa manera se produce que los pensamientos pueden movilizar cualquier energía y pueden darle forma. Y es un hecho que, de acuerdo con la ley creacional de conservación de energía, jamás se pierde energía alguna, sino que sólo cambia su aspecto y se transforma a otra forma cuando alguna forma desvanece.
De esta manera, pudiendo cada pensamiento mover y producir energía, el ser humano se convierte, mediante su mundo de pensamientos, en una pequeña potencia creacional si uno lo considera todo en relación con la Creación. Y es un hecho que cada pensamiento creado por un ser humano efectivamente se vuelve realidad de una forma u otra. De tal modo que las circunstancias de la vida humana son sólo un reflejo de los pensamientos, los cuales se cultivan de manera positiva o negativa y de ese modo determinan la forma del éxito o del fracaso. De una manera u otra, el ser humano sólo puede cambiar las circunstancias de su vida si él influencia y modifica su mundo de pensamientos.
La vida le pone al ser humano tareas en forma de problemas que él debe resolver y superar. A través de ello se aprende y se gana en percepción, en reconocimiento, conocimiento, sapiencia, experiencia, vivencias y sabiduría, de forma que se pueda recorrer conscientemente el camino de la evolución. Desde este punto de vista, los problemas representan un regalo para el ser humano, pues al final, cuando se ha encontrado la solución, crece todo el proceso convirtiéndose en sabiduría. Si los problemas se consideran y se reconocen como tareas de la vida, entonces se demuestra que la solución de la tarea siempre se consigue con mayor éxito en aquel momento en que se percibe el problema.