Sobrepoblación 04

La esfera terrestre flota en el espacio infinito, y si ella exhala su vida porque el hombre la mata, entonces el hombre también debe perecer con ella. Nada más atestiguará entonces que una vez existió un maravilloso planeta azul con vida humana. Su luz simplemente se extinguirá y la humanidad será borrada de un golpe. Este hecho parece ser olvidado fácilmente por los habitantes de este planeta. El ser humano cree que en algún momento ocurrirá un milagro, que de algún sitio vendrá una solución. Pero ningún milagro ocurrirá, por lo contrario, la siniestra profecía del final del mundo se acercará si no nos levantamos todos unidos para cambiar inmediatamente la situación. Para un cambio positivo sólo hay una solución: ¡la humanidad debe reducirse!

Nosotros no podemos ni debemos ser indiferentes a lo terrible que acontece al otro lado del mundo porque esto afecta inmediatamente a toda persona. Todos vivimos y existimos sobre el mismo suelo, y todos dependemos del mismo.

¿Pero qué es lo que hace al ser humano tan ciego, sordo, mudo e indiferente? Los anuncios diarios de catástrofes no lo conmueven; o bien se conmociona por poco tiempo, pero eso le pasa rápidamente. Él aguanta calmadamente los terribles noticieros y no se da cuenta de cómo él se degenera cada vez más y más en simplemente una figura titulada: "humano".

Claus Jacobi dijo en su libro titulado "Nos Quedan 100 Años": "Así como ocurrió la explosión demográfica, así ocurrió la contaminación del planeta - por encima del límite de percepción óptica del hombre. Vino lentamente, cada día un pequeñito, inmensurable e imperceptible poquito más."

Con certeza él está correcto en esto, puesto que si la destrucción del planeta causada por la sobrepoblación hubiera ocurrido de golpe, entonces el hombre seguramente hubiera actuado, él se hubiera defendido, porque cada uno lo hubiera sentido en su propio cuerpo. Pero gracias al lento y luego más y más rápido crecimiento de la humanidad, el individuo no conoce otra cosa que las restricciones y ya no se da más cuenta de ellas.

No obstante, ya no más es excusable cuando la persona se queda inmóvil y se resigna simplemente. No es ningún argumento decir: "¿qué puedo hacer yo sólo contra el gobierno y contra el público?", ya que el individuo mismo constituye el público. Cada persona por sí sola puede hacer algo, así sea sólo informar a otros sobre el origen de todos los males.