Sobrepoblación 04

El Aborto

Edith Beldi, Suiza

Cuántas personas hubieran sido ayudadas si hubieran tenido la valentía y la determinación de luchar contra todas las estúpidas y equivocadas ideas dogmáticas-morales, y hubieran interrumpido el embarazo, o sea realizado un aborto.

En este sentido quiero ser muy clara acerca del aborto. Hay muchas situaciones en las que simplemente hay sólo una solución, es decir, el aborto.

La violación sexual es la primera que me viene a la mente. ¿Quién puede aguantar tal cosa? y ¿quién quisiera un hijo de tal unión? Tal vez la mujer esté hasta casada: ¿qué haría el marido con tal hijo?. A un niño que es producto de la violación sexual le iría muy mal en este mundo. Sólo la pregunta de quién es su padre trae consigo muchos problemas. Además todavía se presenta un eventual perjuicio síquico para un niño de tal procreación. Se puede leer lo importante que es el estado síquico de ambos cónyuges durante la concepción, desde la página 13 del Libro de Nombres (publicado por la editorial Wassermannzeit, de la FIGU).

Sería muy injusto hacerle eso a un niño, por lo tanto viene la consideración del aborto. Aquí no puedo entender más la estúpida, primitiva e inhumana actitud de ciertas sectas y religiones, y particularmente del papa, con respecto al rechazo del aborto, ni tampoco puedo encontrarle ningún sentido. Para la mujer, esto es una inhumana e infame humillación a más no poder (¿no se demanda y se espera eso de la mujer religiosa?). Mentes megalómanas demandan, menospreciando la mente y el honor de la mujer violada, que ella, con amor, cargue y dé a luz al fruto de la violación, y que lo quiera como a sus otros hijos, los concebidos con amor y honor. ¿Puede alguna vez la mujer violada olvidar lo que se le hizo? Yo pienso que no. Ella seguramente puede olvidar el dolor físico, pero jamás el síquico ni tampoco el recuerdo.

Como segunda razón quisiera citar la juventud. Una mujer joven queda embarazada; su enamorado y ella misma están en una situación que les exige demasiado ya que se han conocido sólo por cuatro meses. Ambos son de carácter sensato y ven la solución sólo en el aborto, lo cual se tiene que aceptar, ya que después de cuatro meses todavía no hay ninguna garantía de que los dos se comprometan a vivir juntos. También, en cuatro meses no se puede establecer ninguna definición, lo cual sería muy importante para el bebé que está en el vientre. Primeramente se deben crear condiciones óptimas antes de realizar una concepción. Este conocimiento se ha ido al olvido, aunque es de gran importancia para el ser humano. Esto probablemente está anclado en el lema que sacó la iglesia: "fructificad y multiplicaos".