Boletín Especial 6

Y así también son tratados todos los norteamericanos y norteamericanas que son justos y que están en contra de las acciones degeneradas de su gobierno y de los sucios individuos que aúllan con ellos. Muchos justos, decentes y honestos norteamericanos terminan en clínicas siquiátricas, son detenidos, encarcelados, aterrorizados, torturados síquicamente, sufren raros accidentes y enfermedades mortales o son simplemente sacados del mundo por algún asesino contratado. Y ante todo esto se supone que la persona pensante y consciente de la responsabilidad debe callarse, de otra forma le podría ocurrir lo mismo, y de hecho, no solo en Norteamérica, sino también en Suiza y en Alemania o en cualquier otro lugar del mundo, pues para esto el alcance del brazo y de la venganza de Norteamérica es infinitamente largo. Esto también a través del muy dudoso sistema judicial norteamericano que estira sus garras también hacia Europa y puede abusar especialmente de las jurisdicciones suizas y alemanas para que éstas dicten sentencias injustas autorizadas por la ley. Ya no estamos demasiado lejos de esto, así que bien tengo que esperar ser citado por un juez por orden de los EE.UU., lo que en Suiza puede ocurrir muy rápidamente desde que la ley sobre el racismo fue tomada y aceptada por una gran parte insensata de la población suiza. Una ley por la cual al ciudadano suizo le esta prohibido decir palabras francas y abiertas, de otra forma estaría en conflicto con la ley y sería castigado. ¿Qué se ha hecho de nuestra Suiza? Nos imaginamos que los que pelearon por la libertad de Suiza y la conservación de la neutralidad Suiza y derramaron su sangre darían vueltas en sus tumbas si supieran lo que se ha hecho de la confederación de la tierra madre; que se cometió la alta traición y se arrastra sumisamente hacia la UE y NATO para ser miembros y algún día perder forzosamente la neutralidad. La ONU ya está en el panorama, lo que igualmente significa la ruptura de la neutralidad, pues solo el tener una voz en la ONU y poder determinar si uno o varios poderes deben atacar a otro país y declararle la guerra significa una violación monstruosa de la neutralidad. Y esto también cuando se pretende que un dictador como Saddam Hussain u otro déspota de la escena deba desaparecer, y que esto deba ocurrir por medio de un ataque de guerra.