Boletín Especial 6

Muy Estimado y Apreciado Billy Meier

Con gran interés y con gran fascinación sigo todo lo que Ud. publica en su sitio web, y naturalmente también en sus Boletines Especiales. Sus palabras abiertas y su valor me asombran extraordinariamente porque me es claro que Ud. de esa forma será tratado hostilmente por todos aquellos elementos malos y criminales que Ud. denuncia con todo derecho. Me estoy refiriendo especialmente a nuestro presidente George Walter Bush y a todos sus fieles y todos los “lamebotas” que están con él o hacen causa común con él.

Debo confesar abiertamente que estoy avergonzado de mi ciudadanía norteamericana, como es el caso también con muchos otros norteamericanos y norteamericanas que conozco personalmente. Y esto porque somos gobernados por un liderazgo que solo tiene intenciones de guerra y de poder, como también de odio y de lucro, para el cual una vida humana, la paz y la libertad no significan nada Nuestro gobierno es una dictadura tan sedienta de sangre como la de Saddam Hussain. Y en los Estados Unidos predomina tanta inhumanidad e injusticia con respecto al sistema judicial y el sistema de ejecución de sentencias, como también tanta sed de lucro, como en ningún otro país que conozco. Como estadounidense de 72 años, aunque crecí en Alemania, he viajado mucho por el mundo y puedo juzgar cómo es realmente la situación en Norteamérica porque he vivido hasta ahora 51 años como periodista independiente.

Los EE.UU. es literalmente la vergüenza que existe en este planeta si uno considera todos los delitos de guerra, de política, de servicios secretos, delitos sectarios y económicos y los delitos hacia los indígenas y los esclavos, así como también el muy dudoso e injusto sistema judicial, con la pena de muerte, y las desvergonzadas peticiones de indemnización por daños en los pleitos legales, entre otras cosas más.- Por favor discúlpeme si uso sus palabras y escribo en el mismo tono que Ud., pero pienso que ésta es la única forma de ser entendido por la gente de todas partes que son tan despreocupados, que no se atreven a levantar la voz contra los gobiernos criminales y delictivos ni contra sus cómplices ni a derribarlos de su pedestal. Igualmente se puede decir esto de todos los tipos de medios de comunicación, los cuales se agachan cobardemente y no se atreven a decir la verdad. Así como los ciudadanos normales y los que no tienen iniciativa, ellos también temen de aquellos gobiernos y políticos, presidentes, sirvientes del estado y dictadores que infame e irresponsablemente, en forma egoísta y derramando sangre, abusan del poder para satisfacer sus ambiciones de venganza y codicia de lucro, dejan que haya torturas e incluso permiten que mujeres y niños sean brutalmente asesinados por sus inconscientes subordinados – cuando no son ellos mismos quienes cometen el asesinato y el homicidio.