Reglas Básicas del Ser Humano

  1. Todo ser humano debe procurar, por medio de su propio esfuerzo, de construir y perfeccionar su existencia y sus deberes vitales en toda forma de lo justo, de lo razonable e intencional, etc., de hecho, tanto en lo material como en lo referente a la conciencia, al carácter, las virtudes y en el ámbito de los pensamientos-sentimientos y en lo psíquico. A través de ello el ser humano debe crear también una marcada motivación para elevarse en sí mismo, y sin rebajarse de ninguna forma - tampoco en forma religiosa o sectaria.
  2. Toda persona debe no emplear su idealismo en cosas indignas, indemostrables y dudosas, sino que debe dirigir su idealismo especialmente hacia el reconocimiento de sí mismo en su verdadera y propia naturaleza, y de mejorarla, completarla y también de realizarla exteriormente, pues el verdadero ser es la real naturaleza de aquello que está orientado hacia el progreso y el éxito y, en consecuencia, es la fuente de la formación de la vida.
  3. Toda persona tiene el deber de no creer en cualquier cosa, sino que debe buscar constantemente la verdad fundamental, la que sólo será capaz de hallar dentro de sí misma cuando investigue y reflexione todo y deje reinar su sensatez, su entendimiento y su sana lógica. El ser humano es capaz de encontrar la verdad sólo dentro de sí mismo, pero sólo cuando esté libre de cualquier creencia en cosas que nunca será capaz de demostrar en sí mismo. La creencia no es ninguna prueba, sino algo que se supone que es agradable, apetecible y correcto, sin que se pueda especificar en ella un contenido de verdad, en consecuencia, una creencia jamás puede ser conclusiva porque carece justamente del hecho de una verdad demostrable.
  4. Toda persona no podrá jamás encontrar aquello de la verdad real que ha estado buscando por muchos años o durante toda su vida, si simplemente se entrega a una creencia y no investiga ni reconoce en sí misma la realidad de la verdad a través de la lógica, la sensatez y el entendimiento, para luego también ponerla en práctica y seguirla a través de su vida y en su estilo de vida.
  5. Toda persona debería ver su meta más alta en construir y poner a la práctica su conocimiento, su capacidad, su verdadero amor, su verdadera felicidad, sus facultades y posibilidades, así como su sabiduría y su humanidad, de tal forma que así pueda conducir una vida verdaderamente evolutiva y humanamente correcta y también pueda ayudar de esa manera a sus semejantes.
  6. Que toda persona preste atención en primer lugar a sí misma, es decir, a su personalidad, a su carácter, a sus virtudes, sus pensamientos, sentimientos y actos, para que lo organice todo de tal manera que todo sea justo y que no persiga metas falsas que terminan en la creencia de cosas irreales.
  7. Que cada persona administre sus ingresos y sus bienes de forma razonable y que no los derroche en cosas irreales basadas en creencias, pues cada uno debe ser justo y debe cuidar de sí mismo, cuando se le ofrece la posibilidad y la vida, para que no sea una carga injusta para sus semejantes y que no se comporte como un parásito.
  8. Que toda persona viva constantemente en el presente, pero que se fije en el futuro y se preocupe de su formación, tomando también en consideración el pasado y que aprenda de ello para que logre éxitos, reconocimientos y progresos.
  9. Todo ser humano necesita la calma y la paz, en consecuencia, también necesita sus horas de tranquilidad y no debe estar constantemente ocupado, no solamente en la soledad, sino tampoco en compañía de sus semejantes, la familia y tampoco en las comunidades. Toda persona necesita del ocio, pues sólo a través de él puede reflexionar y recuperarse. Pero el ocio siempre debe ser adecuado y no exagerado a fin de que no se convierta en una carga ni en disgusto de los propios pensamientos y sentimientos y que no se convierta en un problema para los prójimos.