El Desarrollo de la Conciencia y del Espíritu del Ser Humano
- Por lo tanto es necesario que el ser humano continuamente examine sus pensamientos y vea cómo son en realidad.
- Él debe prestar atención de que al fin de todo, los principios y realidades filosóficos-creacionales y las leyes naturales de la Creación le guíen, le conduzcan y le sean determinantes.
- En el ser humano debería constantemente reinar el consciente sentir que él pertenece a lo creacional, con su verdadero hálito espiritual y su verdadero SER espiritual.
- Conscientemente debe quedarle claro que su propio SER espiritual forma una inseparable unidad con la Creación, para que así, consciente de esto, venza al mundo material exterior.
- Esta verdad y reconocimiento filosófico-creacional siempre debería reinar en primer plano sobre los pensamientos, sentimientos y acciones del ser humano.
- Ya que sólo el que está en unidad con su espíritu puede reconocer y actuar bien constantemente, ya que posee las posibilidades de la Creación misma dentro de sí.
- Nada negativo en el infinito universo puede tocarlo y esclavizarlo ya más.
- A esta conciencia filosófica-creacional se le añade aún lo práctico, lo dinámico, lo creativo, es decir, la conciencia mística, la cual consiste en la percepción de la única realidad en todas las cosas.
- Que sea pues, el ser humano, un filósofo práctico y un místico y que perciba verdaderamente la realidad en las cosas efímeras y perecederas.
- Pues, ¿qué es un ser humano?
- Él es sólo una figura y un nombre.
- Si uno le retira la figura y el nombre, ¿qué queda de él entonces?
- Queda la esencia fundamental, la existencia - el espíritu y el bloque conjunto de conciencia.
- Aquel ser humano que no se percate de esto es empujado por todas partes por el más leve de los vientos; es inestable, sin esperanza; y siempre está esforzándose en hallar un apoyo firme en algún sitio, el cual, sin embargo, nunca hallará si no busca ni encuentra la verdad fundamental.
- Miles de millones de seres humanos de la Tierra y de otros mundos miran hacia el cielo, a lo alto de las estrellas, pero sin llegar a ningún tipo de resultado o a algún reconocimiento.
- Los expertos en estrellas, sin embargo, mirando al cielo descubren nuevos mundos y escriben libros sobre ello.