El Desarrollo de la Conciencia y del Espíritu del Ser Humano

  1. Si el ser humano ve a su prójimo sólo exteriormente, materialmente, entonces no ve sino la forma física y la figura, lo material de la determinada persona.
  2. Si en cambio lo ve con los ojos espirituales y concienzudos del reconocimiento, y si sabe que esta conciencia todo testificante que está en él, existe igualmente en todos los demás, aún cuando ellos mismos no lo reconozcan, entonces cambia fundamentalmente la manera de cómo él ve a su prójimo.
  3. Él entonces ya no ve simplemente a un hombre, a una mujer, a una muchacha o a un niño, sino que ve a su prójimo como portador de un espíritu creador, que sabe de sí mismo y de su existencia, y que se manifestaría a través de cada cual si solamente se le diera la oportunidad de ello.
  4. El conocedor de la verdad ve al prójimo desde este conocimiento y reconocimiento, pues él ve lo creacional en el otro.
  5. O al menos sabe ahora más de lo que sabía, antes de que conociera la verdad.
  6. De esta manera queda demostrado que la ignorancia no es inmodificable para todos los tiempos.
  7. El ser humano se puede librar de toda la ignorancia si está dispuesto a aceptar la verdad.
  8. El ser humano puede liberarse de todo; a él lo pueden despojar de todo, pero no de la conciencia creacional, el espíritu, la existencia en su interior, esta área creacional puramente espiritual que está dentro de él.
  9. A él le pueden robar todas sus posesiones y pertenencias, y pueden expulsarlo de su hogar, sin embargo, nadie lo puede expulsar de su reino espiritual que se encuentra dentro de lo más íntimo suyo.
  10. El ser humando debería estar permanentemente consciente de este hecho creacional, sin el cual no sería capaz de respirar, ni concebir pensamientos, o de reconocer, ver, escuchar o vivenciar.
  11. Por ello, los grandes sabios de todos los tiempos dicen:
  12. “El espíritu creacional está más cerca al ser humano que su propio aliento”.
  13. El ser humano no puede evadirse de esta conciencia suprema, ya que tarde o temprano se encontrará con esta realidad creacional, pues ella es la vida de su vida, el espíritu de su espíritu, la conciencia de su conciencia, la luz de su luz, la fuerza central de toda vida, la existencia que supera por mucho el pensar humano, ante la cual, toda fuerza intelectual humana-material del pensamiento se hunde en la insignificancia absoluta.
  14. Él, el espíritu, puede vivir sin la luz de los ojos físicos, al igual que sin oídos, brazos, piernas; e incluso puede vivir sin el entendimiento de la conciencia material externa.
  15. Siempre está algo allí que lo habilita a vivir, es decir, su propia fuerza creacional.
  16. Esta conciencia propia, esta conciencia espiritual en el ser humano que todo lo observa y todo lo registra, que observa sus pensamientos y emociones y está detrás de su pensar y le dice si es conocedor o si es ignorante; ella es lo creacional, la conciencia espiritual.