Boletín Especial 2

Y yo, Billy, como suizo debo decir: Muchos políticos y ciudadanas y ciudadanos suizos sueñan ya desde hace años con una incorporación a la Unión Europea (UE) y la OTAN, y estos soñadores son los que ahora deberían imaginarse siquiera una vez lo que pasaría si Suiza fuera efectivamente miembro de OTAN. Norteamérica no vacilaría, ni tampoco la OTAN misma, en que los suizos perdieran sus vidas por marchar hacia una guerra por asuntos irresponsables y criminales y por la obsesión de poder mundial de Norteamérica. Y así también les iría a nuestros hijos y nietos. Tan sólo la unión a la ONU usurpa la neutralidad de Suiza, porque en situaciones amenazantes de guerra, como ahora, bajo ciertas circunstancias tiene que decidir si deberá haber guerra. Y como la ONU puede decidir con resoluciones que pueda tener lugar una guerra, así contradice en todos los aspectos el sentido de esta organización, cuyo supuesto fundamento es el de crear y mantener la paz. Exactamente eso es lo que no hace, sino todo lo contrario. Entonces es de preguntarse efectivamente, qué tontos deben ser aquellos los suizos que proponen la unión con la ONU para que Suiza sea uno de sus miembros. Cada suizo y suiza debería sostener la neutralidad suiza como su primer mandamiento, la cual sería puesta en duda con una unión a la ONU, como ahora lo prueba la realidad, pues la ONU puede ordenar y endosar una guerra en cualquier momento. Y precisamente esto es lo que está en contra de la neutralidad suiza, pues de esa forma la política activa de paz es pisoteada, la cual debería ser desempeñada categóricamente para impedir cada guerra.

Semjase-Silver-Star-Center.
1 de Febrero, 2003. 3:17 hrs.
Billy