Boletín Especial 13
Quo vadis humanitas
O: el horror de cada mañana en los periódicos y la conflagración mundial de la Tierra!
En realidad yo no pertenezco a aquellas personas que se dedican intensamente con temas políticos, financieros o económicos. Mi latente discapacidad para los cálculos me acompaña siempre fielmente, aún después de 40 años de vida, y mi aversión contra el deslumbramiento de los cultos religiosos y el fanatismo, la hipocresía política y la diplomacia crece con cada línea y cada titular que leo todas las mañanas en los periódicos. De todas maneras no soy un derrotista, ni propenso a la aflicción o a la tristeza, pues la existencia como ser humano en este extraordinario mundo terrestre ofrece también estimulación para preguntas interesantes.
Proporciona un cierto atractivo el hecho de haber “aterrizado” con mi presencia actual (teniendo en cuenta las posibilidades en un Universo de 46 billones de años de edad, rodeado de incontables planetas habitados y extraños) justamente en esta pequeña esfera azul de la Tierra en, posiblemente, la época más loca de la era moderna. Pues realmente mi presente también se podría encontrar en alguna época de los 46 billones de años pasados o en algún bello día en el futuro del resto de 109 billones de años de expansión universal; en el mejor de los casos incluso en algún mundo muy alejado, donde las personas no tienen la más mínima idea sobre la existencia de los locos habitantes de una pequeña tierra azul de nombre TERRA. Pues bien, no todo gusano terrestre en el antiquísimo espacio sideral tiene la posibilidad de trabajar con un profeta real y verdadero, de aprender de él y de poder pedirle consejo personalmente en caso que algo no esté claro. Pues en realidad, ciertamente habría en la infinita vastedad del cosmos todavía algunas mil millones otras posibilidades de lugares y sitios de su presencia contemporánea y de su labor. Lastimosamente, por el momento en nuestro planeta hay solo unos cuantos miles de personas buscadoras que han reconocido el hecho de su presencia real entre los eones y eternidades como una enorme oportunidad y que saben también cómo aprovecharla.
Nuestro planeta azul se quema y arde en todas las esquinas y necesita de personas que puedan sofocar el fuego de la destrucción. El profeta de la edad moderna “Billy” Eduard Albert Meier (BEAM) es uno de ellos. Esto es razón suficiente para apoyarlo y acompañarlo a él y a sus amigos extraterrestres pleyadianos, sus ayudantes e instructores, hacer lo mismo como ellos y no rendirnos a la demencia, a la insensatez y la horrenda estupidez en nuestro planeta.
