Extracto del libro Talmud Jmmanuel

  1. Entonces Simón Pedro respondió y dijo: “Tú eres el Mesías profetizado y un hijo del Dios vivo, del soberano espiritual de los tres géneros humanos”.
  2. Entonces Jmmanuel se enojó y respondió y le dijo: “Ay, infeliz, mi enseñanza no te ha revelado esto, pues yo te he instruido en la verdad.
  3. Y te digo también: Ciertamente eres un fiel discípulo, pero tu entendimiento debe medirse con el de un niño.
  4. Tú eres Pedro y en esta roca no puedo construir mi enseñanza y tú abrirás las puertas de la incomprensión, de modo que las personas, abrumadas por tu interpretación equivocada de mi enseñanza, entrarán en ella y vivirán en una enseñanza falsificada.
  5. No puedo darte la llave del reino espiritual, pues con ella abrirías cerraduras equivocadas y puertas falsas.
  6. No soy el hijo de un soberano espiritual de los tres géneros humanos, ni tampoco el hijo de Dios; quien reina en lo espiritual es sólo la Creación, jamás un ser humano; por lo tanto, líbrate de esta falsa enseñanza y aprende la verdad.
  7. Mi madre es María, quien en verdadera procreación me ha concebido por medio de un ángel guardián, un descendiente de nuestros padres ancestrales llegados desde las lejanías del espacio, y mi padre terrenal es José, quien sólo representa ser mi padre”.
  8. Entonces él amonestó a sus discípulos que nunca dijeran o supusieran falsamente semejante cosa y que no debían divulgar la enseñanza errónea de Pedro.

Extracto del Capítulo 27:
La última comida

  1. En verdad, os digo: Desde ahora ya no beberé del fruto de la viña ni comeré del grano del pan hasta el día en que beberé y comeré de nuevo con vosotros, después de mi prueba.
  2. Así ocurrirá cuando habré resucitado de la media muerte, después de haber yacido en la tumba durante tres días y tres noches.”
  3. Y cuando comían, Jmmanuel tomó el pan y lo rompió y se lo dio a los discípulos y dijo: “Tomad y comed; el cuerpo necesita del alimento también en la pena y en la aflicción.
  4. Y él tomó el cáliz, se lo dio a ellos y dijo: “Bebed todos de ahí; la garganta tiene sed también en los días de lluvia y de frío.
  5. En verdad, os digo: Un sabio no pasa hambre ni sed a causa de ciertas cosas que deben suceder.
  6. Pero un necio pasa hambre y sed por falta de sensatez y por el rencor contra las cosas que deben suceder.
  7. Y en verdad os digo: Así como vosotros ahora no entendéis mis palabras y os molestáis por ello, así os molestaréis por mí esta noche porque vuestro entendimiento aún no está iluminado por el reconocimiento.
  8. Pero cuando resucite de la semi-muerte y aparentemente me levante de la tumba, caminaré delante de vosotros hacia Galilea para que podáis reconocer la verdad de mis palabras.

(Traducido por Wolfram Heine, Ramón Sambola y Juan Villegas)