Extracto del libro Talmud Jmmanuel
- Entonces Simón Pedro respondió y dijo: “Tú eres el Mesías profetizado y un hijo del Dios vivo, del soberano espiritual de los tres géneros humanos”.
- Entonces Jmmanuel se enojó y respondió y le dijo: “Ay, infeliz, mi enseñanza no te ha revelado esto, pues yo te he instruido en la verdad.
- Y te digo también: Ciertamente eres un fiel discípulo, pero tu entendimiento debe medirse con el de un niño.
- Tú eres Pedro y en esta roca no puedo construir mi enseñanza y tú abrirás las puertas de la incomprensión, de modo que las personas, abrumadas por tu interpretación equivocada de mi enseñanza, entrarán en ella y vivirán en una enseñanza falsificada.
- No puedo darte la llave del reino espiritual, pues con ella abrirías cerraduras equivocadas y puertas falsas.
- No soy el hijo de un soberano espiritual de los tres géneros humanos, ni tampoco el hijo de Dios; quien reina en lo espiritual es sólo la Creación, jamás un ser humano; por lo tanto, líbrate de esta falsa enseñanza y aprende la verdad.
- Mi madre es María, quien en verdadera procreación me ha concebido por medio de un ángel guardián, un descendiente de nuestros padres ancestrales llegados desde las lejanías del espacio, y mi padre terrenal es José, quien sólo representa ser mi padre”.
- Entonces él amonestó a sus discípulos que nunca dijeran o supusieran falsamente semejante cosa y que no debían divulgar la enseñanza errónea de Pedro.
Extracto del Capítulo 27:
La última comida
- En verdad, os digo: Desde ahora ya no beberé del fruto de la viña ni comeré del grano del pan hasta el día en que beberé y comeré de nuevo con vosotros, después de mi prueba.
- Así ocurrirá cuando habré resucitado de la media muerte, después de haber yacido en la tumba durante tres días y tres noches.”
- Y cuando comían, Jmmanuel tomó el pan y lo rompió y se lo dio a los discípulos y dijo: “Tomad y comed; el cuerpo necesita del alimento también en la pena y en la aflicción.
- Y él tomó el cáliz, se lo dio a ellos y dijo: “Bebed todos de ahí; la garganta tiene sed también en los días de lluvia y de frío.
- En verdad, os digo: Un sabio no pasa hambre ni sed a causa de ciertas cosas que deben suceder.
- Pero un necio pasa hambre y sed por falta de sensatez y por el rencor contra las cosas que deben suceder.
- Y en verdad os digo: Así como vosotros ahora no entendéis mis palabras y os molestáis por ello, así os molestaréis por mí esta noche porque vuestro entendimiento aún no está iluminado por el reconocimiento.
- Pero cuando resucite de la semi-muerte y aparentemente me levante de la tumba, caminaré delante de vosotros hacia Galilea para que podáis reconocer la verdad de mis palabras.
(Traducido por Wolfram Heine, Ramón Sambola y Juan Villegas)