Sobrepoblación 03

El Control de Natalidad de los Animales en Contraste a los Seres Humanos

Por Freddy Kropf, Suiza

En contraste al hombre, los animales parecen estar mucho más adelantados en la cuestión del control de la natalidad que el hombre. Pero esto es válido sólo mientras el hombre no interfiere en las leyes del mundo animal, violándolas o destruyéndolas. Muchas observaciones efectuadas por distintos científicos del reino animal y del comportamiento animal, han demostrado con pruebas, que en el reino animal nunca habrá tal enorme sobrepoblación, como ocurre actualmente con los seres humanos. Las medidas para el control de natalidad en los animales son severas, múltiples y muy bien ideadas. Ellas parten, desde los aromas químicos que actúan como píldoras anticonceptivas y el canibalismo, hasta el suicidio masivo, como ocurre por ejemplo con los Lemminges (mamíferos roedores) en Escandinavia. Después de años de excesiva reproducción, se aglomeran, por falta de alimento, en un ejército de millones de roedores y proceden a una gran peregrinación. (Normalmente, los Leminges son animales solitarios y muy agresivos y se juntan sólo para el apareamiento.) Por la inusual proximidad de sus congéneres, también aumenta la agresividad de cada uno de ellos, hasta que se degeneran en una histeria masiva y total. Entonces este ejército gigantesco salta en forma suicida, desde lo alto de un peñasco hacia un abismo, hacia el mar o hacia un río, para ahogarse miserablemente. Sólo pocos Leminges sobreviven este suicidio masivo para preservar la especie. Otros métodos de control de natalidad se han observado también en diversas especies de pájaros, como por ejemplo en los Mirlos. En condiciones ambientales favorables, un Mirlo pone hasta 5 huevos, pero si se produce una sobrepoblación, entonces ponen solamente 2 huevos. Las investigaciones han demostrado: si se quitan los huevos del nido, diversas clases de aves los vuelven a poner para mantener el número apropiado de acuerdo al medio ambiente. El pájaro "carbonero" (Parus Mayor) pone un total de 14 huevos, el pájaro carpintero dorado, 72, y el pato (Anas Boscas) casi 100 huevos. Nuestra gallina pone un huevo cada día - en un año, hasta 270. En Australia, los científicos del comportamiento animal han observado en los conejos silvestres, que en épocas de sequía y escasez de alimentos, los machos no tocan a las hembras. En días de extremo calor, las hembras preñadas hasta abortan su cría, ya que de todos modos no sobrevivirían el calor. Con los elefantes, las medidas de control de natalidad son tales, que cuando estos gigantes deben vivir inusualmente concentrados, ellos sencillamente cambian su ritmo de actividad sexual. En el elefante, el período entre un parto y el siguiente apareamiento dura normalmente dos años y tres meses. Con una sobrepoblación, este período de abstinencia se triplica: seis años y diez meses.

Probablemente uno de los sistemas más difundidos para el control de la natalidad es el de cierto elemento odorífico, que actúa como píldora anticonceptiva y que reduce o hasta previene la fertilidad en las más diversas especies de animales, como por ejemplo en los ratones. Este olor anticonceptivo emana de cada hembra. Mientras más hembras viven juntas, más se intensifica el olor, y las hembras se vuelven estériles. Solamente en determinadas condiciones el olor del macho puede revertir este proceso.