La verdad acerca de Billy Meier - “UFO-Billy”

En los siguientes años me prepararon diferentes personas de origen terrestre y extraterrestres, en muchos países de la Tierra y también me instruyeron para mi tarea en el cumplimiento de la misión y de los contactos con los plejaren, de forma encauzada y en las más variadas áreas de conocimientos de naturaleza espiritual y física.
De este modo se crearon y renovaron, de acuerdo con las vidas anteriores, las condiciones y capacidades necesarias para una colaboración razonable entre los extraterrestres y yo, tal y como esto ya se había previsto para la misión desde tiempos antiguos. Además los plejaren, cuyo desarrollo espiritual y físico ha alcanzado niveles altísimos, sólo pueden mantener contactos físicos, es decir, personales, con aquellos seres humanos que han trabajado para lograr alcanzar un necesario nivel evolutivo lo suficientemente elevado como para poder tener contacto y comunicarse con ellos de forma razonable. Así, soy el único ser humano en la Tierra capaz de tener contactos físicos y telepáticos con los plejaren y otras formas de vida del mismo nivel de desarrollo que ellos. Ningún otro ser humano de la Tierra es capaz de ello; como tampoco lo son aquellos cuyas formas espirituales originalmente no provinieron de la Tierra.
La razón por la cual los plejaren se han puesto en contacto conmigo ya desde la infancia, es la de prepararme y capacitarme para los contactos con ellos, porque desde hace muchos millones de años, en los sistemas de Lira y de Vega y en la Tierra, mi forma espiritual ya ha estado voluntariamente activo en cuerpos humanos, como instructor, mensajero y profeta. Habiendo regresado desde tiempos antiquísimos a la esfera material desde un nivel espiritualmente elevado (el nivel de Arahat Athersata), mi forma espiritual ya había desempeñado funciones proféticas, en Lasan y en otros planetas de los sistemas de Lira y Vega, después de que la forma espiritual, bajo el antiguo nombre de Nokodemion, se hubiese comprometido ya en aquel tiempo a cumplir con una misión y una función profética necesaria.