Profecías y Predicciones

57. Ni el aire, ni las aguas, ni los campos, ni las montañas, ni los mares estarán a salvo de los seres humanos, pues ellos destruirán todo en todas partes y de forma irrecuperable debido a su creciente superpoblación y por motivos deportivos, es decir, los telesquíes, las urbanizaciones masivas, el montañismo, las carreras de vehículos a motor, las lanchas motorizadas, así como mediante inmensas construcciones de viviendas que alcanzarán hasta los cielos y también las carreteras, túneles, etc., etc.
58. El ser humano poblará cada vez más y más la Tierra, los aires y los mares, y le quitará el espacio vital a toda población nativa de animales y así exterminará a incontables géneros y especies.
59. El ser humano se enaltece cada vez más y más hacia la posición de comandante de la Tierra y ya en los próximos 20 años se esforzará en lograr el poder de la Creación, pues ya no conocerá ningún límite más; sin embargo, todo se volverá en su contra, pues errará como un soberano borracho y ciego por el mundo y se atormentará y se apresurará él mismo hacia la locura - y al final de su camino caerá en un abismo profundo.
60. En los próximos años ciudades enteras brotarán del suelo y el campo se vaciará de seres humanos cada vez más y más.
61. El orden humano tambaleará cada vez más y más y muchos crearán sus propias leyes y vivirán de acuerdo a ellas.
62. En el tercer milenio llegará el tiempo en el que no habrá más alimento para todas las personas, lo que conducirá a escenas atroces de hambruna, asesinatos y homicidios.
63. Los delincuentes y los criminales se instalarán ampliamente en las ciudades y las bandas organizadas atracarán a las personas; los golpearán e incluso los matarán simplemente por diversión o para robarles, ya que los juegos pacíficos y una vida normal no les satisfarán ya más.
64. No sólo habrán muchos seres humanos que sufrirán de hambre, sino que también estarán expuestos al frío, se volverán azules y se congelarán, y sucederá que muchos preferirán la muerte que seguir viviendo indignamente mendigando y en la amarga pobreza.