La Misión

    “Billy” Eduard Meier – Entrevista Acerca de
    La Enseñanza Espiritual

  1. ¿Cómo se originó nuestro universo y nuestro mundo?
  2. El universo se originó mediante una explosión original, producida por una muy diminuta esfera de energía, del tamaño de una pulga, pero enormemente fuerte y comprimida. Esta energía fue al principio de naturaleza puramente espiritual, creada por sí misma, aunque derivada de una idea-energía de un universo primigenio. Un Universo también se llama Creación o Conciencia Universal, de las cuales hay 1049 distintas Creaciones. La forma más baja de Creación es llamada Creación-Universo; la próxima más alta es la Creación ancestral o universo ancestral, y la próxima más alta es la Creación-Central o Universo-Central, etc. La forma de Creación más alta es la 1049, llamada el Absolutum Absoluto. Esa fue la primera forma de Creación, creada por sí misma de la nada absoluta mediante la explosión original primaria, de donde evolucionó entonces transformándose en 1049 distintas formas principales de universo hasta convertirse en el Absolutum Absoluto, el cual, como forma de Creación más alta, flota en el no-espacio, expandiéndose sin fin y evolucionando aún más, mediante la sabiduría de las creaciones que entran en ella, las que deben progresar por su propio esfuerzo para llegar al Absolutum Absoluto.
    Ni una sola forma de Creación es absolutamente perfecta, ni tampoco el Absolutum Absoluto. Todas las formas de Creación pueden, como toda vida en general, alcanzar sólo una perfección relativa en el transcurso de su evolución y en el transcurso de su constante devenir y fenecer y su constante renacimiento, como es el caso con toda vida.
    Nosotros vivimos en un universo de Creaciones, y dentro del mismo, en un universo material que es la forma de Creación o de universo más baja. Este universo, esta Creación o conciencia universal, o como se le quiera llamar, debe también progresar por su propio esfuerzo. Debe evolucionar para un día unificarse con el Absolutum Absoluto, después de haber pasado por 1049 transformaciones. Este proceso dura un tiempo inimaginablemente largo desde la perspectiva humana, ya que hasta que nuestra Creación, nuestro universo, se transforme en la próxima forma de Creación siguiente más elevada, una Creación primordial, o universo primordial, tarda más de 85 trillones de años. Una vez que la Conciencia Universal, es decir la Creación, ha alcanzado la condición de universo primigenio o creación primigenia, entonces ella, como conciencia del universo primigenio, crea por sí misma una “idea” de un nuevo universo simple, es decir, un nuevo universo material como nosotros lo conocemos. La idea consiste de la más pura energía espiritual que lo contiene todo en sí misma, para ser creadora por sí sola y para sí misma. Como una esferita energética, apenas del tamaño de una pulga, ésta crea en sí nuevas y poderosas energías altamente comprimidas hasta que se produce una explosión inmensa – la explosión original, el Big Bang. Estas energías se disparan en fracciones de segundos, expandiéndose a una velocidad de 107000 veces la velocidad la luz, desplazando a otros universos mientras crea su propio lugar entre otros incontables universos o formas de Creación existentes. Y con este proceso se crean también siete niveles de Creación o de universo, de los cuales uno es el nivel de la materia, el nivel de materia visible, en el que se forman la materia de sustancia gruesa, los gases y partículas que producen meteoritos, soles, cometas, planetas, nebulosas y galaxias, etc., cuando la materia se une y se comprime, dando como resultado así también nuestra Tierra. Por lo tanto, el universo y el planeta Tierra, así como los otros mundos, estrellas y galaxias, etc., provienen de un proceso energético que proviene de la Creación y es natural, que no tiene nada que ver con un Dios creador, sino única y exclusivamente con leyes y procesos físico-espirituales y físico-materiales, que en todo aspecto se basan en procesos físicos y químicos que pueden también explicarse en ese sentido.