Haarp

HAARP puede ser empleado como un super-radar, pudiendo igualmente destruir objetos voladores en marcha, pero esto no justifica que se juegue con la vida de la humanidad, así como de las plantas y de los animales y de los animales y con la existencia del planeta. Sin embargo, esto no les importa a los militares y las grandes empresas, ni a los responsables del gobierno de los EU. Muy al contrario, les causa alegría no violar los ceses de pruebas nucleares (que de todos modos no son respetados por los estados, o sólo por pocos), ni los tratos de sistemas antibalísticos o tratos de desarme. También se alegran de que, por lo menos hasta hoy, sus acciones criminales todavía no han llamado mucho la atención del público a nivel mundial, porque hasta el momento todavía han sido casi totalmente silenciosas – aunque también porque el pueblo no se preocupa de ello en absoluto.

Las guerras de cañones de radiación y de microondas están a punto de ser realidad. Sin embargo, el ser de la Tierra no puede darse el lujo de perder ni la capa de ozono, ni ninguna otra capa que rodee la Tierra – ni mucho menos la vida propia y la de las plantas y animales. El hombre terrestre no puede darse el lujo de perforar la atmósfera con gigawatts, abollando las diversas esferas, o perturbarlas en su harmonía o hasta destruirlas. Como mínimo, con esta demencia se infligen heridas que no pueden sanar nunca más, poniendo así en peligro toda vida terrestre, tal vez para siempre.

En el presente, la instalación todavía es probada a baja potencia, aunque el clima mundial ya está presentando perturbaciones que ya no se pueden pasar por alto. A pesar de todo, estos hechos no les preocupa de ninguna manera a los responsables de HAARP ni a sus cómplices, quienes incluso niegan que las catástrofes mundiales tuvieran algo que ver con los peligrosos experimentos, contra lo cual, sin embargo, los pleyanos/pleyaranos declaran que en efecto sí existen nexos – como también con relación a la contaminación ambiental, la destrucción del clima y del ambiente que provocan inundaciones, erupciones volcánicas, temblores y tormentas, que se producen también por las presentes y aún pequeñas pruebas del HAARP.