Haarp

Simplemente se toman el derecho de decidir sobre ello y de creer que nada va por encima de su condenada locura por el poder y su delirio de grandeza.

Por medio del HAARP, la ionosfera es dañada y es parcialmente fundida, lo que provoca el peligro que la radiación cósmica pueda entrar sin obstáculos. Sólo esto ya es testimonio que el HAARP es un proyecto irresponsable. Sin embargo, la locura ya tiene una historia que por lo general se le oculta al pueblo. Ya en 1958, fueron detonadas en el espacio tres bombas atómicas para así influir el clima. Después de esa locura, pasaron apenas dos años, hasta que como consecuencia se presentaron toda una serie de catástrofes climáticas. En 1961, llegaron a disparar en la ionosfera 350.000 agujas de cobre de 2 a 4 centímetros de largo, después de lo cual la Tierra se vengó de tal modo que en Alaska se produjo un temblor de 8.5 grados y en Chile, una gran parte de la costa se deslizó al mar. Luego, en 1963, los norteamericanos y la URSS, detonaron en la estratosfera bombas atómicas de 300 megatones, rompiendo gigantescos agujeros en la capa de ozono. Y éstas son sólo unas pocas de las maquinaciones criminales contra la humanidad por parte de los norteamericanos y de la antigua Unión Soviética, ya que en realidad, varias docenas de tales crímenes corren por la cuenta de los norteamericanos y de los rusos, así como de los franceses, israelíes, chinos y otros que jalan de la misma cuerda.

Lo que puede venir ahora con HAARP puede ser aún mucho peor que todo lo que ha ocurrido hasta ahora. El peligro amenaza desde Alaska, a 320 kilómetros al noreste de Anchorage. En la soledad del lugar surge un bosque de antenas compuesto de 360 postes de 24 metros de altura, con el cual los militares quieren lanzar rayos de alta frecuencia a la ionosfera (y ya lo están haciendo en forma de prueba desde hace ya bastante tiempo, produciendo ya extensas catástrofes climáticas y tormentas, así como temblores y erupciones volcánicas), para calentar el cinturón protector y desplazarlo parcialmente. De esa manera se queman gigantescos "lentes" en la ionosfera, para que entonces los rayos, ahora haces concentrados, sean reflejados hacia la Tierra. Los fundamentos científicos del HAARP fueron creados por el irresponsable alumno de Tesla, Bernard Eastlund, quien ya en 1985, sacó la patente sobre su trabajo bajo el amenazante nombre: "Método y aparato para la alteración de un área de la atmósfera, ionosfera y/o magnetosfera de la Tierra".