Sobre la malignidad del coronavirus...
Sobre la malignidad del coronavirus y la amenaza real que parte de ello
Extracto del informe de contacto no. 737 del 20 de abril 2020
Billy Ya está bien, no hay de qué. Entonces hasta la vista – y hasta la próxima… Si te parece, Ptaah, quisiera agregar lo siguiente: Por la televisión me enteré de que, respecto a la plaga del coronavirus, en todas partes, especialmente en Alemania, circulan las más trastornadas y confusas teorías de conspiración con las que se le induce miedo y horror a la población y se le guía a la confusión. Tales cosas ya se han producido también en tiempos anteriores, cuando causaban estragos las plagas, epidemias y pandemias, como por ejemplo en la Edad Media y también de 1918 hasta 1920, cuando brotaba la «influenza española». También en aquel tiempo, el surgimiento de una plaga representaba generalmente un gran peligro para la población, pues igual que hoy con la plaga del coronavirus, nadie estaba a salvo de no infectarse. Puesto que Sfath me llevo regresando a diferentes tiempos en los que predominaba alguna plaga, esto hasta regresando a la edad del bronce, o sea al tiempo de hace más de cuatro mil años, también sé que igualmente en aquel entonces estaban afectados los seres humanos por teorías de conspiración, ya que Sfath traducía lo que decía la gente en esos diferentes tiempos, para que yo lo entendiera. Esto también fue así en el tiempo de la peste, siendo que peste, en latín «pestis», en griego «loimós», no significa más que «plaga» –lamentablemente se me olvidan cada vez más mis conocimientos de griego. Bueno, de lo que me he enterado respecto a ello a través de las traducciones de Sfath en todos esos viajes al pasado, también está el hecho de que ninguna de esas plagas afectaba sólo a grupos de determinada edad, como lo afirman hoy los virólogos y consortes, como que sólo las personas ancianas y mayores y con antecedentes de enfermedades serían afectadas por el virus.
Ptaah Esto no equivale a la verdad, pues el coronavirus que se muta y de vez en cuando se transforma en el aspecto genético, no equivale a un virus que se oriente específicamente a una determinada clase de edad entre las personas, sino, como ya lo expliqué el año pasado, a uno que afecta a todas las personas de todas las edades. El virus ataca, como ya lo expliqué varias veces, también en los bebés aun no nacidos, niños pequeños, niños mayores, en jóvenes y adultos de todas las edades hasta en las personas más ancianas a todos los órganos, como los pulmones, riñones, hígado y bazo, como también el páncreas y el corazón. Y bajo ciertas circunstancias resulta una actividad agresiva sin freno también respecto a los mamíferos de todo tipo y género, como también a diversos animales no mamíferos, así como a otros seres vivos.