Lucha Contra la Superpoblación

Consecuentemente, la ayuda debe incluir la educación con respecto a las prácticas del imprescindible control de natalidad, la anticoncepción y una rigurosa suspensión de nacimientos.
La ayuda es apropiada en cualquier forma conveniente allí, donde la gente no genera la superpoblación, “apareándose” como “conejillos de Indias”, allí, donde las personas son trabajadoras y no tienen deudas, y no se encuentran en la necesidad por sus propias acciones, y donde también creen por sí mismos una cierta formación y educación, y consecuentemente también piensen y actúen progresiva y responsablemente, lo que causa a su vez que mantengan su descendencia dentro de límites razonables y no tengan ninguna culpa de la creciente superpoblación.
El ser humano de la Tierra puede dejar que las puras leyes y mandamientos de la naturaleza rijan en todas las cosas, especialmente con respecto a la superpoblación, la cual sólo puede reducirse en forma definitiva mediante una suspensión radical y rigurosa de nacimientos en todo el mundo. Sólo de esta forma actuará el ser humano correctamente, y así finalmente, a través de estas medidas, podrá erradicar las miserias, las necesidades y toda clase de males de nuestro bello planeta azul, la Tierra.
La superpoblación también trae consigo problemas étnicos y prácticamente los provoca, causando así la huida de la gente, como también la guerra, los asesinatos y los homicidios. A través del constante crecimiento de la población de la Tierra, la gente se aglomera y vive cada vez más apretada entre sí y el espacio individual de cada persona se hace más pequeño y más escaso. Por lo tanto no se puede evitar que gentes de diferentes naciones, orígenes, religiones, puntos de vista, opiniones, filosofías y formas de pensar, etc., se aglomeren aún más y más y haya conflictos entre ellos, lo cual automática e inevitablemente conduce a la fricción, a distinciones y disputas, lo que a su vez, inevitable y automáticamente resulta en guerras, en asesinatos, en homicidios, como también en la huida de la gente; y sólo la huida de la gente conduce a nuevos problemas, males e inmoralidades a nivel mundial. Los refugiados no simplemente abandonan sus hogares natales en busca de otro hogar en su propia nación, sino que huyen hacia países extranjeros, y a menudo particularmente a países que están en mejor condición económica que sus propios países de origen.