Lucha Contra la Superpoblación

Por lo tanto, este mal sólo puede aniquilarse y erradicarse, arrancándolo y destruyéndolo desde su raíz: el número de habitantes de la Tierra debe reducirse drásticamente. La única base para que humanamente se logre reducir la superpoblación sólo podrá establecerse mediante el control de la natalidad: que sólo esté permitido el matrimonio a partir de cierta edad, y también que sólo esté permitido un número estrictamente establecido de hijos - sin tener contemplaciones a evasivas, a contradicciones, a miedos y comentarios insólitos de mentes enfermas, que por razones militares, religiosas, sociales, egoístas o un equivocado amor humanitario o errado amor al prójimo, afirman que es necesario gestar un gran número de descendientes, y que el control de la natalidad iría en contra de la religión y sería inhumano, etc. Semejantes demencias sólo pueden ser sugeridas por egoístas sin límites, sectarios y otros ineptos para la vida que no tienen ni la más mínima noción de las leyes y los mandamientos naturales o de la verdadera lógica.
Todos los enormes problemas actuales de la humanidad de la Tierra sólo pueden solucionarse aplicando un estricto control de natalidad, destinado a reducir la humanidad a cifras normales, acordes a las posibilidades del planeta. Todas las demás disposiciones para solucionar el problema representan tan sólo lastimosos y miserables intentos inútiles que ni siquiera son comparables a un “grano de arena” en ayuda, al contrario, sólo contribuyen a que sigan aumentando los daños y problemas.
¿Bárbaro o inhumano, o falta de amor al prójimo se denomina esto? muy al contrario, si tú mismo piensas con toda lógica sobre esta realidad (si es que no lo has hecho ya, y has encontrado esta misma verdad), entonces tú también encontrarás la verdad en su forma lógica de acuerdo a lo antes dicho. Sólo los incapaces de razonar con lógica y las personas sujetas a un equivocado amor al prójimo o a un falso amor humanitario reniegan la verdad, pues gracias a las maquinaciones sectarias y las falsas doctrinas, están atados a transitar sendas de servilismo que les roban la forma sana, inteligente, normal y verdadera de razonar, sentir y actuar. Consecuentemente, en lugar de afecto hacia todas las formas de vida, sólo surge lástima, lástima propia, demencia y falta de lógica. Con esta actitud, se destruye todo respeto ante y para la vida real, por lo que el equivocado amor humanitario y el falso amor al prójimo seguirán surgiendo como abscesos purulentos, capaces de propagarse como una epidemia.
Desde siempre la verdad relacionada con esclarecimientos de errores y de culpas resultó ser muy dura, y sólo rara vez la cruda verdad es reconocida por el ser humano sin más queja o protesta. El ser humano de la Tierra continuamente se siente agredido en su persona cuando se le demuestra y se le explica la verdad.