Profecías y Predicciones

94. A causa del continuo y creciente nivel de vida de los seres humanos en las ciudades industriales, ellos cerrarán los ojos ante la miseria en el tercer mundo; bien podrán ver en la televisión a los niños hambrientos cuyos ojos, bocas y heridas estarán cubiertas de numerosas moscas, y también verán a aquellos que servirán como conejillos para prácticas de tiro por parte de los militares criminales, o aquellos que serán matados por causa de sus órganos, los cuales se venderán a precios altos para trasplantes.
95. Muchas personas no tan sólo serán indiferentes ante sus prójimos, sino que también no tendrán compasión y consecuentemente apartarán la vista para no tener que ver la miseria y la necesidad de sus prójimos, y no les preocupará que niños y adultos mueran de hambre, pues, o no les darán nada, o tan sólo una muy insuficiente limosna que no alcanzará ni para la vida ni para la muerte.
96. La persona de buena situación económica en los países de alto desarrollo duerme sobre sacos llenos de dinero, y lo que da con una mano lo toma con la otra, por lo que el necesitado no puede vivir ni morir sino sólo seguir vegetando en la miseria.
97. El ser humano negocia con todo lo que le llega a sus manos, y en consecuencia todo tiene su precio - también el agua - que es un bien común del planeta y de los seres humanos, y todo se venderá y nada se regalará, y por lo tanto un regalo siempre exigirá un contra regalo.
98. Así como se perseguirá y se asesinará a los niños debido al precio de sus órganos, los adultos venderán sus órganos para el trasplante al mejor postor o los dejarán como herencia, de tal forma que ya no les serán sagrados ni su cuerpo, ni su sangre, o sus órganos, su conciencia o bien su psique, pues si pudieran vender su propio espíritu y sacar ganancia de ello también lo harían; y también las personas serán asesinadas alevosamente debido a sus órganos o también serán ejecutadas, al mismo tiempo que médicos irresponsables y codiciosos descuartizarán cuerpos de fallecidos por motivo de los órganos.
99. El ser humano ya ha desfigurado la faz de la Tierra de una manera tan grave que no puede devolverle ya su aspecto original nuevamente, y esto no será el fin, puesto que en el futuro sucederán cambios aún mucho peores cuando se sigan desforestando los bosques, y los campos y las montañas se trasformen, se asfalten y se cubran de hormigón para construir viviendas de seres humanos, pues el ser humano sigue creyendo ser el dueño de la Tierra y de la vida, aunque jamás pueda atribuirse a sí mismo el poder sobre el planeta ya que la naturaleza se pondrá a la defensiva y le señalará al ser humano sus límites.