Manifesto de la FIGU

Los errores como fuente de aprendizaje

La FIGU enseña conforme a las enseñanzas espirituales, y en base a una ley dispuesta por la creación y su orden resultante, que toda la vida humana es un proceso continuo de aprendizaje. Por eso, en general, el ser humano no puede evitar cometer errores, los que son frecuentemente causados por el desconocimiento de las cosas y los hechos. En general, los seres humanos se hacen razonables únicamente cuando sienten las consecuencias de sus errores y deben cargar sus repercusiones. Cometer errores y reconocerlos como tales y aclararlos neutralmente es provechoso para el ser humano. Los errores cumplen una función importante: son elementos de las experiencias que el ser humano debe cometer como parte de su libertad de pensamiento y acción para poder sacar conclusiones de ellos y de esa manera alcanzar nuevos conocimientos. Por consiguiente, los errores son algo dado por la Creación; están también conformes a las leyes y les sirven al ser humano como fuente de aprendizaje para su evolución.

Respeto ante la Creación

La FIGU instruye y se esfuerza por vivir de acuerdo con su enseñanza que toda forma de vida debe experimentar respeto por la Creación, la Conciencia Universal, la cual ha creado con amor todo lo que existe, lo de materia gruesa y fina. El respeto a la Creación es el impulso fundamental, es el factor fundamental para toda existencia, para todo reconocimiento y para el desarrollo de la lógica, sabiduría y amor. El hombre debe honorar y respetar todo lo que es digno de honor y respeto; él debe extender su admiración, reverencia, respeto y aprecio a toda forma de vida puesto que toda existencia está entrelazada e interconectada la una con la otra. El espíritu dentro del ser humano es un fragmento de la Creación, por consiguiente, el ser humano se puede honorar y respetar a sí mismo como otros lo hacen con él.

Reconocer la igualdad entre todos los seres humanos

Las enseñanzas y estudios de la FIGU dicen que se debe tratar con igualdad a todas las personas internas y externas al grupo, así como aquellos de sitios lejanos en torno al globo, por lo que tampoco se hace diferencia con relación al color de la piel, la posición social o el origen de una persona.

Dentro de la comunidad de la FIGU y también afuera de su periferia no existen diferencias respecto a títulos seculares y posiciones, riqueza y apariencia, pues todo esto no tiene ninguna influencia en el desarrollo ni en el avance espiritual o de conciencia de un ser humano.