Boletín Especial 13

Pero es muy obvio que la inteligencia de ciertas personas que están al mando no les alcanza a entender esto.

Otro punto es la degradación de aquellas personas que se entregan a la prostitución, por las razones que sea. La moral ha perdido su valor, y ganarse la vida por medio de cualquier tipo de prostitución ya no es hoy, por decirlo así, nada reprobable. Incluso las transmisiones de televisión y los periódicos y las revistas están llenos de anuncios que promueven la prostitución de ambos sexos. Y en lugar de preocuparse los gobernantes en cuestión de poner fin a todo este mal, incluso se alegran y cobran impuestos a las personas prostituidas de ambos sexos. Sin embargo, esto no es de asombrarse, puesto que ciertos elementos sucios y depravados entre los mismos gobernantes utilizan los servicios de las prostitutas ellos solos o en grupos, o bien están implicados en ello económicamente, lo cual ya ha sido comprobado desde hace mucho tiempo. Esto sucede también en el caso de la pederastia, en la que están envueltos también, individualmente o en grupo, ciertos sacerdotes, pedagogos de todo tipo, miembros de la policía, maestros de deporte, gente de negocio de todo tipo, así como simples ciudadanos que abusan sexualmente de los niños sin vergüenza ni escrúpulos en forma criminal, y no es raro que los maten también. Y esto aparte de los delincuentes solitarios que secuestran a niños y niñas, abusan de ellos sexualmente y luego los matan en forma bestial. Incluso hay padres que abusan sexualmente de sus hijos, los maltratan y los maleducan hasta que éstos finalmente se degradan y se envician, cayendo en el uso de las drogas y del alcohol, etc., entregándose ellos mismos a la prostitución y a la criminalidad. Y cuando personas atentas denuncian a la policía o a las autoridades los maltratos, las vejaciones y el abuso sexual en niños cometido por adultos, entonces sólo muy raras veces se toman medidas para proteger a los niños. Por lo regular, la policía y las autoridades intervienen sólo cuando los niños ya han sido tan maltratados que fueron a parar al hospital o cuando desaparecieron o fueron asesinados. Los adultos falibles a menudo son incluso protegidos por psiquiatras ineptos, personas de criterios y conocimientos humanos deficientes y con certificados médicos corruptos, por lo cual se pronuncian castigos totalmente insuficientes en contra de los torturadores y violadores de niños, etc. Y a medida que pasa el tiempo, más sucede que incluso los padres asesinan a sus hijos, los estrangulan, asfixian, los matan a golpes, los acuchillan o los ahogan, etc. Y hay cada vez más niñas que son madres, y no pocas veces sucede que estas niñas madres, por miedo o por vergüenza, matan a sus recién nacidos y los desechan como trapos viejos.