Boletín Especial 13

¿Pero qué hacen los superinteligentes que tienen que decidir esto? Efectivamente, se pelean preguntándose cuándo y por cuánto debe venderse la montaña de oro y qué se hará con lo obtenido. Por desgracia, aún no se ha presentado una persona inteligente con suficiente sensatez como para poner un alto a toda esta absurda situación y conservar las reservas de oro para tiempos de emergencia. Es muy obvio que aquí también los encargados tienen en sus narices nada más que el aroma de los francos suizos que podrían sacar con la venta del oro. La realidad no les preocupa a los irresponsables a cargo, y estos tipos no tienen la menor visión del futuro, ni tampoco algo de experiencia ni sabiduría. ¡Pero cómo puede ser de otra manera si carecen de la sensatez y de la responsabilidad necesaria!

Para Suiza también hay grandes problemas en el hecho de que es un país de salarios altos, por lo cual el alto nivel de vida de los suizos es tan costoso que todo y cada cosa se vuelve cada vez más inalcanzable. Esto incluye todas los bienes de uso, las cuotas de los seguros de accidentes y de salud, los víveres, los costos de transporte para personas y productos, etc., etc. Sin embargo, ninguna persona responsable emprende nada para contrarrestarlo; al contrario, continuamente están buscando cada vez más medios y formas para sacarle nuevos impuestos y nuevas cuotas al pueblo en lugar de buscar verdaderas soluciones, ponerlas en práctica y conducirlo todo hacia la mejor situación posible. Lo que pueden hacer otros países lo podría hacer Suiza también, es decir, bajarse de su soberbio caballo y limitar a un nivel razonable los salarios y los precios de venta de todas las cosas de necesidad vital, de los víveres, de los medicamentos, de los bienes de uso y de lujo, de los seguros de accidentes y demás, de las casas y viviendas, del seguro médico, de todos los transportes, etc., etc. Hay que considerar que los salarios altos requieren de costos de producción altos que no pueden, o difícilmente, pueden venderse en países de salarios y costos de producción bajos. Pero si Suiza se adapta en este aspecto a los demás países, entonces subiría la posibilidad de las exportaciones, lo que tiene como consecuencia que en Suiza se podría producir más cosas, de modo que también se ocuparía más mano de obra pudiendo reducirse así el desempleo.