La Misión

  1. Regresando al comienzo de nuestra conversación: ¿Cuál es realmente el sentido de nuestra vida?

  2. El sentido de la vida es la evolución, o sea, el desarrollo progresivo y continuo hacia algo más elevado. La razón de la evolución consiste en alcanzar el desarrollo más alto posible, incluyendo el amor, la armonía, la capacidad y el conocimiento y la sabiduría.
    La evolución no sólo sirve para llevar al ser humano hacia un nivel de conocimiento y sabiduría más elevado para que él lleve una vida en armonía con la Creación, etc., sino que también sirve para ayudar a que la misma Creación evolucione. Así como el ser humano y prácticamente toda vida necesita evolucionar, lo mismo sucede con la Creación y por lo tanto la Conciencia Universal. También la Creación es sólo relativamente perfecta, y por ello necesita la evolución para poder lograr niveles de existencia más altos. Y el camino para ello es el ser humano, el cual evoluciona durante miles de millones de años hacia la forma puramente espiritual, y de ese modo, hacia formas de existencia cada vez más elevadas, esto es, hasta el nivel llamado Petale. Desde allí tiene lugar la transición hacia la Creación, hacia la Conciencia Universal, sucediendo una unión, una unificación. De esta manera, la Creación acoge la forma espiritual humana, la cual se ha desarrollado hasta la más alta perfección posible, y que siendo fragmento de la misma Creación, en un pasado remoto partió de ella para evolucionar formándose por medio del ser humano. Con esta unificación, llegan también el conocimiento y la sabiduría acumulada a la Creación, evolucionando ella así un poquito más, y después de cierto tiempo, se convierte en una forma de Creación más alta, que a su vez continúa evolucionando, hasta que después de un tiempo inimaginablemente largo, se unifica con el Absolutum Absoluto, la forma de Creación más alta y más extensa, que también necesita de la evolución continua por todos los tiempos y en eterna perennidad.