La Misión

  1. Con relación al tema de la reencarnación se conoce también el término karma ¿Qué es el karma?

  2. El “karma” también corresponde a una enseñanza errónea, como en el mundo cristiano lo es el término religioso “penitencia”. De acuerdo a la enseñanza del karma, el ser humano prácticamente debe cargar las deudas de su vida anterior a su siguiente vida. Si una persona fue buena o mala en su vida anterior, entonces su próxima vida también se formará correspondientemente en la próxima reencarnación. Viéndolo exactamente, esto quiere decir que debe premiarse o castigarse a las personas por sus acciones de la vida anterior. Con otras palabras, el karma significa que el tipo de reencarnación corresponde a las acciones de la vida anterior, de donde resulta el destino presente. Simplemente dicho, el karma significa que el destino actual de un ser humano ha sido predeterminado por sus acciones en su vida anterior.
    De acuerdo con la penitencia de la enseñanza cristiana, todo resulta en un premio o un castigo después de la muerte, es decir, después del “día del juicio”. Simplemente dicho: quien es un buen creyente y sigue sumisamente las reglas y los mandatos de la religión cristiana o de sus sectas, se va al cielo – pero quien se opone, se va al infierno o al purgatorio eterno, así como también a la condenación eterna, sin tener ninguna oportunidad de corregir y de llegar a reconocer sus errores.
    Pero la verdad real se ve diferente de las enseñanzas del karma y de la penitencia y el pecado: Para evolucionar y adquirir conocimientos y sabiduría, el ser humano no tiene ninguna otra posibilidad que no sea cometiendo errores. Cometiendo errores, él generalmente sufre perjuicios y, por decirlo así, se castiga de esta manera a sí mismo. A consecuencia de los daños que le surgen, él ya hace penitencia, por lo que se esfuerza por corregir los errores y los perjuicios y no comete los mismos errores de igual manera nuevamente. De ello él recibe una lección y se vuelve más conocedor. Este es el principio más simple de la causa y el efecto. Y precisamente así evoluciona la persona, aumentando su conocimiento, su entendimiento y sus capacidades. Y de esa manera alcanza un nivel de conciencia más alto que se llevará consigo, mediante su conciencia conjunta, a la siguiente vida, es decir, a la próxima reencarnación. De esta manera, el ser humano se beneficia de los frutos de su progreso y de su nivel de conciencia de su vida anterior sin tener que estar atado a ningún tipo de carga o descarga de la vida anterior. La vida nueva no se basa en el tipo de carga o descarga de la vida anterior, pues todas se superaron completamente en la vida anterior, ya sea en lo bueno o en lo malo. Por eso, no sólo sería injusto, sino que también iría contra las leyes de la Creación si las cosas de la vida anterior se llevaran a la nueva. Y que esto pudiera ser así, tal como irracionalmente lo enseñan las religiones, es un puro disparate que corresponde a la ilógica forma humana de pensar, reflexionar y considerar, ya que el ser humano vive con un afán de venganza que siempre y en cada caso exige castigo y penitencia. En contraste, la Creación no conoce tal comportamiento. Ella no conoce la venganza, el castigo y la penitencia, al contrario del ser humano; por lo tanto, tampoco ha creado ninguna ley relativa a eso.