La Misión

  1. ¿No es el ser humano de hoy en día impotente como individuo? Viendo todas las guerras y el sufrimiento en la Tierra, uno que otro se pregunta qué puede hacer concretamente.

  2. El ser humano como individuo puede hacer mucho, y efectivamente en primer lugar para sí mismo. En todo caso, cada persona es la más cercana a sí misma, y por eso, en primer lugar debe preocuparse para formarse a sí misma, para evolucionar y mantenerse en vida de manera natural. Esto, sin embargo, debe ocurrir de una manera que concuerde con la Creación y la naturaleza, y que por lo tanto, presupone que el individuo siempre y en todo caso tenga la responsabilidad personal por todos y cada uno de sus pensamientos, sentimientos, ideas, acciones, aspiraciones, etc. Por lo tanto, el individuo debe trabajar consigo mismo para volverse un ser humano verdadero, ya que todo comienza por el individuo y los individuos componen la humanidad. Si el individuo se vuelve bueno, sensato y responsable, entonces le transmite esto al prójimo, quien tal vez también se esfuerce por volverse mejor, más sensato y más responsable. Y éste, a su vez, lo vuelve a transmitir a su prójimo, y así a otros, etc.
    La gran masa de la humanidad no puede cambiarse y no mejorará la humanidad en masa, sino que es el individuo que hace esto. Y entonces, éste transmite su nueva forma de ser, su saber, su amor, su armonía, su paz y su conciencia de responsabilidad, etc., al mundo, al siguiente individuo y a otros, resultando finalmente algo que es como una bola de nieve que se convierte en avalancha. Por esto, la pregunta no es, si el individuo puede hacer algo o si es impotente, sino que es: ¿por qué el individuo no hace nada? De hecho, está en cada individuo posibilitar la solución de todos los males y que todo pueda cambiarse hacia lo mejor. Esta acción, sin embargo, consiste en primer lugar en que el ser humano reflexione acerca de sí mismo y que trabaje consigo mismo para convertirse a sí mismo en un verdadero ser humano, lo cual sólo puede suceder encontrando la verdad. Y una vez que se haya encontrado la verdad y la persona se haya vuelto un ser humano verdadero, entonces también se puede hacer mucho por fuera de sí mismo, especialmente cuando uno se arma de valor y da la cara por la verdad y una vida mejor y por un mundo mejor, y por mejores ideas y aspiraciones para la humanidad entera. Esto también incluye, por ejemplo, abogar por la lucha contra la superpoblación, contra la discriminación de la mujer y contra el maltrato de los niños, contra la pena de muerte y la tortura, como también contra la xenofobia y el racismo; esto incluye también la lucha por la protección de los animales, la naturaleza y del medio ambiente y la conservación del planeta Tierra. Y por supuesto, incluye también, y no por último, la ayuda al prójimo, dondequiera que esta sea posible y apropiada.
    De la gran masa de la humanidad no se puede esperar nada, pues esta vive tercamente en su trote indiferente y sólo pensando en sí misma. Por eso, es cuestión de cada individuo cambiar hacia una actitud mejor y volverse accesible a la verdad, para de esta forma atraer al prójimo y a los demás. Este es el único camino que hay para mejorar la humanidad en su totalidad y para conservar la vida y el mundo.

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