Consecuencias de la superpoblación

Consecuencias de la superpoblación

Nota de los traductores:
En el texto original alemán, el autor de este artículo, ‹Billy› Eduard Albert Meier, abreviado BEAM, usa repetidas veces los términos “Ausartung” y “ausgeartet”, derivados del verbo alemán “ausarten”.
Usualmente se traduce “Ausartung” como “degeneración”, “ausgeartet” como “degenerado”, “ausartend” como “degenerándose”, y “ausarten” como “degenerarse”.
En realidad, “ausarten” se debe entender como aquí sigue en forma perifraseada: “ausarten = muy gravemente salir del control de la buena naturaleza interior humana (cuando el ser humano deja de respetar las leyes y las recomendaciones [= pautas] creacional-naturales)”. Considerando que esta perífrasis es muy larga, los traductores hemos optado por dejar en el texto español el vocablo alemán, impreso en cursivas, de modo que el lector interesado lo sustituya mentalmente por la perífrasis.

Desafortunadamente no se ha hecho caso a las predicciones y advertencias que mandé una y otra vez ya en los 1950s, así como también durante las siguientes décadas a los gobiernos, periódicos, estaciones de radio y de TV, por cientos y miles de ejemplares. En todos los aspectos de las predicciones, se continuó actuando mundialmente al estilo antiguo, operando irresponsablemente hasta que todo tuviera que suceder tal como fue mencionado en las predicciones. Por lo tanto, éstas se vienen cumpliendo desde hace ya bastante tiempo, incluso desde hace décadas, y ahora el proceso ya no puede ser detenido pues todo ya ha avanzado demasiado lejos, a tal medida que ya no se puede tomar medidas para contravenir de un modo exitoso los peores efectos causados globalmente por la superpoblación y poder lograr beneficios visibles. Así mismo, incluso las conferencias sobre el clima mundial no son más que maquinaciones absurdas ya que no aportan medidas efectivas, sino sólo resoluciones de inutilidad, infantiles e idiotas, pues por medio de ellas no puede ser detenido el proceso que ha sido cultivado irresponsablemente por la masa de la superpoblación y sus efectos sobre la naturaleza, el clima y el planeta mismo. Los encargados de los gobiernos, así como también toda la humanidad misma, no hacen caso a este hecho y en consecuencia continúan en el modo tradicional, y lenta pero inevitablemente toda la humanidad terrestre es llevada hacia una catástrofe infernal y a una perdición sin igual que pueden extinguir - y extinguirán - a muy grandes masas de seres humanos. Esto sucederá si no se acciona por fin el freno de emergencia, en forma de un paro riguroso y a nivel mundial de nacimientos, pues la masa de la superpoblación es el más determinante de todos los ausartenden males que azotan el planeta Tierra, causando el cambio climático y todas las catástrofes naturales que van en aumento y se vuelven cada vez peores. No obstante, los gobiernos y toda la humanidad hacen caso omiso y no emprenden nada en este aspecto, sino que además de esto prestan la atención y oyen a aquellos que están afectados patológicamente por deficiencias en su conciencias, a gobernantes y a científicos, así como a personas ingenuas que niegan la verdad, quienes son tan estúpidos en forma enfermiza, que se les permite afirmar sin reparos éticos que en la Tierra no existe ninguna superpoblación y que aún hay más espacio para miles de millones de terrícolas más. Esto lo hacen partiendo de su falta de inteligencia y de capacidad mental, porque ellos, en su pobreza intelectual, de conciencia y de racionalidad, no son capaces de percibir la realidad efectiva y su verdad ni de comprenderlas. Por otra parte, estos débiles de inteligencia no son capaces de reconocer correctamente los hechos efectivos, y por consiguiente, tampoco son capaces de comprenderlos ni de evaluarlos. Y esto, a su vez, es porque estas personas se paran en primer plano con su debilidad de intelecto, de razonamiento y de inteligencia, y brillan ante la población con una actitud absurda de sabelotodo, ajena a la realidad y en forma bocona, queriéndose hacerse muy importantes ellos mismos. Y también es un hecho que tales personas sabelotodo, sin conciencia y sin sentido de responsabilidad, supuestos expertos y bocones, montan presentaciones falsas de un modo unilateral respecto a la superpoblación y sus consecuencias a nivel mundial, como, por ejemplo, que aún podrían nacer en la Tierra miles de millones de seres humanos más y que todo el problema es sólo de ver y evaluar los aspectos de una distribución incorrecta de alimentos y recursos etc. Los hechos de la realidad y de su verdad, de lo que surge por causa de la superpoblación en múltiples aspectos, en forma de efectos catastróficos para la naturaleza y su fauna y flora, así como también para el clima, para todo el planeta y la humanidad terrestre, quedan ignorados y simplemente son barridos bajo la alfombra con una actitud carente de pensamientos y sin sentido de responsabilidad. Y el cómo se hace esto, sin escrúpulos e irresponsablemente, se comprueba también por un artículo que fue publicado en una revista para consumidores, de nombre ‹saldo›, no. 17, del 22 de octubre de 2014, con relación a una película con el título ‹Population Boom› de Werner Boote, quien muy evidentemente niega todas las consecuencias catastróficas que provienen de la superpoblación.
Con lo escrito en ese artículo, así como también evidentemente con su película, Werner Boote niega que en general se hayan producido factores destructores y aniquiladores para el mundo, para el clima, para toda la humanidad y la naturaleza con todas sus formas de vida animal y vegetal etc., y continúen produciéndose como consecuencia de la superpoblación. Si no negara los hechos, él no llegaría a afirmar: «Incluso la contaminación ambiental tiene poco que ver con la superpoblación.»

Ahora bien, lenta pero inevitablemente ya nada se podrá salvar si no se pone un alto a la demencial superpoblación mediante un riguroso paro a los nacimientos a nivel mundial, así como mediante un control de nacimientos, con lo cual a duras penas y a pesar de todo se podría evitar lo peor con respecto a los efectos catastróficos provocados por la superpoblación. Cuán miopes son y cuán ciegas son aquellas personas que se obsesionan por dar de hablar sobre sí mismos mediante suposiciones y alegaciones confusas, así como por el afán de ‹lucirse en la luz del primer plano› y con artículos bocones al estilo de panfletos, como también con películas y conferencias que distorsionan la verdad, etc., tal como se practica especialmente en los países industrializados. Nunca se habla de la realidad efectiva, pues irresponsablemente se calla cuán catastróficos son los efectos aportados por la superpoblación, desde hace ya décadas. Así es como siempre sólo se habla sobre el estado actual de la atmósfera con respecto al clima cuando se realizan conferencias sobre el clima, sin embargo, las causas efectivas no se mencionan en ellas, ni tampoco se admite que el catastrófico estado del clima ha sido provocado únicamente por efectos que tienen su causa en la superpoblación. Si se considera tan sólo la emisión de dióxido de carbono —que se estima como el más perjudicial entre los gases de invernadero y como el causante principal del cambio climático y del calentamiento global— el cual es expulsado a la atmósfera por chimeneas y similares, por la enorme deforestación y desmontes de bosques, por incendios forestales causados por actos criminales, por la combustión de desechos, por gases producidos por toda clase de automóviles, camiones, máquinas de construcción y demolición y otras maquinarias, barcos, aviones y vehículos deportivos motorizados, y es visto en relación con la masa de la superpoblación que aumenta continuamente, entonces se puede reconocer que este mal no puede ser vencido mediante conferencias tontas sobre el clima, que cuestan millones de dólares, francos y euros. Esto se debe a que las decisiones tomadas para disminuir las emisiones de dióxido de carbono dentro de un plazo determinado no pueden ser puestas en práctica. Y esto es porque cada año hay más vehículos nuevos con motores a combustión que contaminan e intoxican aún más la atmósfera con sus emisiones, así como también es el caso con casas, estructuras y fábricas nuevas que, por un lado, necesitan de calefacción, o por otro, necesitan ser puestas en marcha. En esto también juegan un papel muy grande las centrales térmicas de carbón que generan energía eléctrica, arrojando a la atmósfera enormes cantidades de emisiones. Tampoco se considera que año tras año nacen alrededor de 100 millones de nuevos terrícolas, impulsando así el continuo aumento de la superpoblación, donde esta cifra naturalmente crece continuamente en proporción con el aumento de la superpoblación.

Actualmente son 100 millones de nuevos habitantes terrestres que nacen cada año, pero esta cifra a su vez aumenta de acuerdo a cuántas personas entran a la madurez sexual y engendran descendencia. Por lo tanto, muy pronto ya no nacerán 100 millones de personas, sino 101 millones o 102 millones, quienes aumentan la superpoblación de la Tierra de un modo cada vez más rápido. Esto significa a la vez que se necesitarán cada vez más alimentos y más energía, así como más recursos naturales de la Tierra, en cuya consecuencia se tiene que practicar la agricultura y la horticultura cada vez más intensivamente, lo cual se puede realizar sólo si se producen sustancias químicas tóxicas para el crecimiento, así como para la protección de los alimentos naturales como las verduras, las moras, las hierbas, frutas y hongos, etc., infectando todo con sustancias tóxicas que afectan a los seres humanos con padecimientos y caen en graves enfermedades, como por ejemplo, el cáncer. De este modo también se perjudica en muy gran medida a la naturaleza y su fauna y flora, puesto que, por ejemplo, se mata y se aniquila a insectos y a seres vivos que habitan el suelo, y al mismo tiempo, los mamíferos y otras criaturas, así como las aves, pierden su hábitat y sus lugares de alimentación. Sólo en relación con las aves, en los últimos 30 años tan sólo en Europa han perecido 500 millones de aves, y diversos tipos de ellos están cerca de la extinción. Y todo esto sucede sólo a causa de la explotación agrícola y hortícola moderna-intensa que se ha producido como un efecto maligno de la superpoblación, así como la inmensa contaminación ambiental. Así, de hecho, surge la pregunta qué tan grande y cuál es la capacidad intelectual de una persona si ésta seriamente afirma que la contaminación ambiental no tiene nada que ver con la superpoblación. En este aspecto, tan sólo se debe considerar las humeantes y gigantescas fosas de desechos en putrefacción, cuya pestilencia y humos infestan la atmósfera en muchos países. También esto es una consecuencia catastrófica de la superpoblación, puesto que es ésta la que, en primera y en última instancia, produce las inmensas masas de desechos que se originan cada año mundialmente por miles de millones de toneladas, contaminando el medio ambiente. Este es el caso también con los múltiples materiales sintéticos, y en especial, con el plástico, que pone en peligro la vida de muchos mamíferos y otras criaturas en los campos, praderas, vegas y bosques, así como también de las aves, peces y otras creaturas acuáticas. El plástico se descompone sólo con extrema lentitud, y los microorganismos que se conocen hasta hoy no son capaces de descomponer completamente los materiales sintéticos. Por ejemplo, ciertas botellas de plástico, patos de juguete de plástico o pañales desechables necesitan hasta 400 a 500 años hasta que se hayan descompuesto. El plástico es biológicamente ‹inerte›, es decir, muy estable y no soluble, y por ello no está sujeto a una mineralización. Si bien las partículas de micro plástico se vuelven continuamente más pequeñas, éstas no se desintegran totalmente. En el tiempo actual, se registra mundialmente una enorme concentración de sintéticos en los océanos, lagos, en las playas, orillas de carreteras, en remolinos marinos y sedimentos, donde los océanos especialmente son tiraderos de plásticos y de todo tipo de desechos provenientes de productos de consumo que son producidos por la superpoblación. Por lo tanto, en muchos lugares los océanos se convierten cada vez más en lugares de amontono de plásticos, donde en realidad debería haber plancton. Si bien los océanos son muy grandes, a pesar de ello éstos no pueden tragar todos los desechos que son producidos por la superpoblación. Después de décadas de una feroz eliminación de la basura, es decir, de aventar los desechos y la basura a los océanos, éstos vuelven a escupir la basura ante los pies de la creciente superpoblación. Desde hace ya mucho tiempo, la arena en las playas se transforma lentamente en plástico. Hoy en día es posible producir plásticos en base de la grasa animal, pudiéndose utilizar para este propósito los desechos de los mataderos, lo que sin embargo no es correcto éticamente puesto que absurdamente se tiene que continuar matando a cada vez más y más animales. Hace alrededor de 20 años, frente a Hong-Kong se perdió un cargamento de patos de plástico que estaba a bordo de un carguero chino. Desde ese entonces, éstos flotan a través de los océanos y aparecen en las costas por el mundo entero. Así, hubo ejemplares que llegaron a las playas inglesas, otros a la costa este de Norteamérica, otros llegaron a Japón y varios otros incluso a áreas de hielo ‹perpetuo›. Si uno se imagina este viaje, estos patitos de juguete, en su gran travesía, primero forman un cuadro gracioso. Y estos patos chinos son sólo una minúscula parte de la basura de plástico en los océanos. Nadie puede decir con precisión cuánta basura de plástico ya se ha acumulado en el mar. No obstante, es un hecho que las consecuencias producidas por la continuamente creciente superpoblación, con su feroz producción de basura y desechos, se vuelven cada vez más notorias. Además, la basura ya existente no se disuelve simplemente, sino que necesita un tiempo muy prolongado para ello, efectivamente hasta 600 años. Es sólo al cabo de este tiempo que la naturaleza habrá disuelto incluso la red de pescar más resistente, igualándola con el fondo del mar. Esto a la vez significa que muy pronto una parte del suelo del mar consistirá en plástico. Lo fatal con cada tipo de plástico es que apenas puede ser reducido biológicamente, pues en realidad sólo es triturado en pedazos cada vez más pequeños y por lo consiguiente ya no se los puede percibir ópticamente, pero no desaparecen, sino que continúan existiendo. En lo especial, microplástico especialmente constituye un peligro muy grande y precisamente hay una gran cantidad de toneladas de microplástico flotando por los océanos del mundo, convirtiéndose ya desde ahora cada vez más en una amenaza siniestra. Las enormes cantidades de basura de plástico, debido al agua salada y el efecto del sol, ya han comenzado a descomponerse, justamente en micropartículas. El microplástico consiste en partículas que son más pequeñas que el diámetro de un cabello, y ya se puede comprobar su existencia en muchos lugares del mundo, en el agua, en la arena y en el sedimento en el suelo marino. El microplástico se encuentra en forma de minúsculas partículas no sólo en los estómagos de los crustáceos, sino que se acumula también en sus tejidos y fluidos corporales. Las consecuencias que surgen de ello, viéndolo a largo plazo, son incalculables. También es un hecho que, con el microplástico, las demás sustancias dañinas contenidas en el plástico, como los ablandadores y solventes, se reparten con mucha más intensidad, también infestando el agua. Algunas de estas sustancias tienen un efecto sobre las hormonas, de modo que entre los peces machos se incrementa fuertemente la infertilidad y la formación de hermafroditas. Para el colmo, no son sólo estas sustancias dañinas en el plástico las que contribuyen a la intoxicación de las creaturas marinas, sino también muchas otras sustancias de deshecho, como también es un hecho que el plástico en el mar tiene un efecto como un imán de sustancias dañinas que atrae y absorbe sustancias químicas que repelan el agua.

Las creaturas marinas son envenenadas con basura de plástico, pero también hay muchas que ya perecieron y siguen pereciendo a causa de otras sustancias tóxicas. En algunas áreas de los océanos flotan seis veces más piezas de plástico que de plancton. Por ejemplo, también las tortugas confunden a las bolsas de plástico con medusas y las comen, al igual que lo hacen aves del mar que tragan pequeñas piezas de plástico que flotan en la superficie. La consecuencia de ello es, entre otras cosas, una oclusión intestinal que lleva a la muerte. Muchísimas aves se estrangulan cuando usan cordones de plástico para construir sus nidos. Por otra parte, otras creaturas marinas se atoran en los anillos de los así llamados ‹paquetes de seis› [N. del T.: anillos de plástico para empacar seis latas de cerveza, refrescos de soda, etc.] o en redes de pescar que han sido perdidas, las así llamadas ‹redes fantasma›.

Por todo el mundo hay plástico que es arrojado a las playas por los océanos, sobre todo después de huracanes. El más grande tiradero de desechos y de plástico del mundo se encuentra al noreste de Hawaii y lleva el nombre ‹Great Pacific Garbage Patch› [N. del T.: en español es conocido también como la “gran mancha de basura”, “continente de plástico”, “isla de basura”, “isla tóxica”, etc.]. El gran desecho de basura del Pacífico, es decir, el torrente de basura más conocido del mundo tiene una extensión aproximada de 1.5 millones de kilómetros cuadrados y no es el único de su tipo. [N. del T.: esto equivale aproximadamente a tres veces el territorio de España, o a tres cuartos del territorio de México.] La basura que se puede detectar en la superficie del agua es sólo lo visible, pues la mayor parte se encuentra en el fondo del mar y en los torrentes. En algunas secciones de mar europeas han sido contados hasta 100 000 fragmentos de basura en un kilómetro cuadrado de fondo de mar, visibles a simple vista, y en Indonesia se ha visto hasta alrededor de 700 000.

La mayoría de las veces, la basura depositada en el Mar del Norte proviene de la pesca y la navegación, pero aún hay muchas otras fuentes de contaminación del mar. También es a través de los ríos que la basura es arrojada al mar, o es llevada al mar por el viento desde los tiraderos de basura establecidos en las costas. Muchos desechos provienen también de aquellas personas que dejan sus desechos acumulados o simplemente tirados en las playas de los océanos, así como en las orillas de arroyos, ríos y lagos, al igual que lo hacen también en las áreas de vegas, campos y bosques. Tan sólo al considerar el Mar del Norte se puede constatar que cada año son depositadas allí unas 20 000 toneladas de basura, y esto a pesar de que el desecho al mar de sustancias nocivas ha sido prohibido desde 1988 para el Mar del Norte y el Mar Báltico. Viéndolo a nivel mundial, el problema de los deficientes sistemas de eliminación y reciclaje de basura toma rasgos extremadamente dramáticos, pues por una parte, ni los productores ni los consumidores de los productos de desecho que compran sus alimentos empacados en envolturas contaminantes del medio ambiente quieren responder de algún modo financiero por la basura que se origina y la eliminación metódica de la misma. A muchos consumidores irresponsables les duele cada centavo que debería ser desembolsado para la eliminación de desechos, por consiguiente, todo tipo de desechos es simplemente arrojado al ambiente sin consideración alguna. Por eso es que una y otra vez hay orillas de carreteras que están infestadas con toda clase de desechos y basura, incluso con bolsas llenas de basura de un modo que causa consternación, lo que sin embargo no les preocupa a los criminales culpables porque así pueden ahorrarse algunos centavos que eran destinados para la eliminación de sus desechos. En realidad, se necesitaría toda una gama de estrategias regionales y globales para contener la catástrofe de la basura acumulada por tierra y mar, así como también una sensibilización de las personas a nivel mundial ante la fuerza explosiva de este problema.

Debido al almacenamiento de la basura en plena naturaleza, todos los animales, así como también los organismos del suelo e insectos esenciales para la vida, son perjudicados en su salud y en su existencia e incluso son aniquilados. Es un hecho que la Tierra está ante la más grande exterminación de anfibios, mamíferos, aves, insectos, reptiles, peces y demás habitantes de los océanos, así como de organismos del suelo, en la historia del planeta. Esta exterminación masiva sucede por el manejo irresponsable del ser humano para con la naturaleza; esto es, por causa de la contaminación ambiental provocada por la superpoblación, así como también por el empleo de incontables sustancias tóxicas relacionadas al cultivo de verduras, granos, frutas, etc. Más de mil especies, en cuanto a mamíferos, aves, peces y demás seres vivos marinos están siendo peligrosamente amenazadas, y efectivamente por culpa del ser humano, es decir, por causa de todas las múltiples consecuencias destructoras que provienen de la superpoblación. En toda la historia del planeta, se han extinguido grandes cantidades de seres vivientes sólo a causa de enormes catástrofes naturales con la misma rapidez como es el caso hoy en la era moderna por culpa del ser humano – efectivamente, por causa de todas las consecuencias y hechos negativos e incluso delictuosas y criminales de la superpoblación.

Las abejas juegan, al igual que otras especies, un papel muy decisivo en la ecología del planeta, así como también es el caso con miles de especies de mamíferos y otros animales y variados tipos de organismos del suelo y de insectos, de los cuales muchos están amenazados por la extinción. Los vertebrados grandes, como entre otros, el tigre de Sumatra, son los que están más gravemente amenazados por la extinción, así como también muchas otras clases y tipos de seres vivos. El decaimiento vertiginoso de varias populaciones de creaturas sucede a una velocidad alarmante, y de hecho existe la amenaza de una extinción masiva si no se emprende nada en contra de ello inmediatamente, lo cual se puede hacer sólo de tal modo que el crecimiento de la superpoblación sea reducido a una medida razonable, mediante un riguroso paro a los nacimientos y un determinante control de natalidad. El nivel normal para la Tierra sería de 529 millones o, al máximo, mil millones. Si no se actúa prestando un máximo de atención a esto, será por sexta vez en la historia del planeta Tierra que ciertas especies serán extinguidas con tanta rapidez. Esta tendencia de los ausgearteten efectos que se manifiestan por causa de las irresponsables maquinaciones de la superpoblación inflige graves daños, en fin y al cabo, a toda la humanidad terrestre. Análisis han demostrado que la reducción de especies a nivel mundial es aterradora y que va en aumento constante. Desde el año 1500 más de 320 especies de animales vertebrados que viven en tierra se han extinguido, mientras que las especies restantes muestran un descenso en su población de alrededor del 30%. También para los animales invertebrados la situación se ve similarmente sombría; en dos tercios de los casos la populación de ciertas especies y clases disminuye cada vez más y más, efectivamente en alrededor del 50 por ciento en el presente.

Aunque los distintos géneros y tipos biológicos en la Tierra son actualmente muy variados y la llamada biodiversidad probablemente fue anteriormente más elevada sólo en una medida insignificante, el horizonte del futuro se ve muy tenebroso e incluso malo, dada la extinción anual de una a cinco especies. Aunque durante el transcurso de los procesos evolutivos y a causa de toda transformación en la Tierra etc., es usual que se extingan anualmente de una a tres especies, entre plantas, mamíferos y otras formas de vida, como organismos del suelo, insectos, aves, anfibios y reptiles, esto no se puede comparar de ningún modo con lo que está sucediendo en la naturaleza y en su fauna y flora como consecuencia de la superpoblación. Hoy en día, el factor humano es el que juega el factor decisivo, con su irresponsable superpoblación y con los ausgeartete efectos de ésta. De hecho, a raíz de éstas (consecuencias) la taza de extinción usual de una a tres especies ha aumentado a más de mil especies extinguidas por año. En esto juega también cierto papel el cambio climático, el cual asimismo también es una consecuencia de la masa de la superpoblación y sus efectos. Por lo tanto, el aumento en la extinción de plantas, mamíferos y otros animales y demás seres vivos se puede definir también como un fenómeno que tiene su explicación en las actividades humanas. Pero éste es un hecho ignorado por los responsables que gobiernan en todos los estados, así como también por la mayoría de la humanidad.

En tiempos pasados, normalmente los impactos de asteroides o de cometas, así como las enormes erupciones volcánicas eran la causa principal de la extinción de animales y demás seres vivos. Hoy, sin embargo, el ser humano terrestre, con su superpoblación y los ausgeartete efectos que de ella resultan, es el que carga con la culpa de todo ello, pues con sus actividades que ponen en peligro a la fauna y la flora, el ser humano causa una influencia similar sobre la naturaleza y el clima, por lo que es causada una tras otra devastadora catástrofe natural.

Considerando a los vertebrados, alrededor de un 35% está en peligro de extinción, puesto que especialmente son los animales grandes los que más corren el peligro de ser extinguidos, como lo comprueban las extinciones masivas de los dinosaurios y demás animales grandes que han sucedido en el pasado. Usualmente los animales grandes tienen una taza de crecimiento poblacional baja, pues por lo regular engendran sólo pocos descendientes; además de ello, necesitan grandes espacios para vivir para poder mantener su cantidad numérica, según su tipo y clase. Además, regiones enteras son afectadas por plagas muy rápidamente si allí no viven animales grandes. A raíz de ello, se propagan también con mucha más rapidez enfermedades y epidemias que son transmitidas por plagas a los mamíferos y a otras criaturas. Esto significa también que hay graves consecuencias para el ser humano, pues así crece el riesgo de infectarse con estos patógenos de enfermedades y epidemias. Sin embargo, también debe quedar claro que no sólo son los animales grandes que tienen una influencia muy grande y buena para la salud humana, así como sobre la flora y fauna, pues hay diversos insectos igualmente valiosos, como por ejemplo las abejas, importantes para la polinización de las flores de plantas frutales y otras flores. Si no existieran todas estas importantes abejas y demás insectos polinizadores, no sería posible que tantas plantas sean polinizadas, proveyendo así a los seres humanos de alimento natural sano. Más allá de esto, se da también el hecho de que todos los insectos útiles contribuyen a la salud de los seres humanos en otras maneras también. En efecto, son inmensamente importantes para la funcionalidad del sistema ecológico, pues los insectos forman parte de la funcionalidad de los circuitos alimenticios, donde también procuran una rápida descomposición de desechos orgánicos. Por lo tanto, es indispensable y necesario que los seres humanos de la Tierra también enfoquen su atención intensamente a la amenaza de la extinción masiva, y de este modo dedicarse más a la protección de la naturaleza y su fauna y flora. Hay que decir también que para este problema mundial no existe una solución única, pues se debe analizar el estado de los hechos respectivos y encontrar una solución efectiva según la región y la situación, ya que sólo de este modo se puede evitar la extinción masiva de las especies de flora, fauna y demás seres vivos. Otro mal entre los ausgearteten efectos son los desmontes de la selva tropical porque a raíz del aumento de la superpoblación, por una parte, se necesita cada vez más espacio para la agricultura, la horticultura y las plantaciones, y por otra, también se necesitan más maderas preciosas para la industria maderera que fabrica muebles o viviendas con maderas preciosas obtenidas de la selva. Para esto se realizan irresponsablemente desmontes por medio del uso del fuego también, causando que inmensas cantidades de dióxido de carbono entren a la atmósfera, influyendo el clima negativamente y, además, volviendo a depositarse en las aguas. El clima es alterado a nivel mundial también, entre otras cosas, a causa del peligro del galopante desmonte de las selvas tropicales, el cual produce gigantescas áreas desérticas, especialmente en Suramérica, así como en Borneo y Sumatra. La destrucción de las selvas tropicales avanza desenfrenadamente, y de ese modo, es una influencia muy peligrosa y destructiva para el clima mundial. Ahora bien, si se consideran tan sólo Borneo y Sumatra y la deforestación de las selvas tropicales que sucede allí, las selvas tropicales en tierras bajas en las dos islas indonesias de Borneo y Sumatra serán completamente destruidas para el año 2020 si los desmontes continúan avanzando tan rápidamente como hasta ahora. En las regiones desforestadas o desmontadas, se cultiva sobre todo plantaciones de palma de aceite y especies de árboles de crecimiento rápido, como las acacias, ya que una gran parte de los productos que provienen de ellos son producidos para los países industrializados. Las gigantescas islas de Borneo y Sumatra pertenecen a las más importantes áreas de selva tropical de la Tierra, por lo que sería necesario crear nuevas áreas de protección donde se deberían prohibir los desmontes forestales. De las áreas forestales originales de Borneo que antaño cubrían el 95 por ciento de la isla, en la actualidad queda tan sólo la mitad. Solamente entre los años 2003 y 2007 Borneo perdió anualmente 1,15 millones de hectáreas de bosque, aunque igualmente para Sumatra las cifras también son aterradoras puesto que desde 1985 hasta 2007, la isla perdió alrededor de la mitad de su territorio forestal. El hecho es que cada año fueron desmontados o desforestados un promedio de 550 mil hectáreas de selva. Esto significa que, en las dos décadas pasadas, durante cada hora desapareció un bosque del tamaño de 88 campos de fútbol, a menudo, a raíz de desmontes ilegales por fuego. La situación en Borneo y Sumatra es de hecho, dramática, pues si no se le pone un alto al desmonte, en un lapso de dos décadas estarán destruidas total e irrevocablemente unas selvas de importancia mundial para la protección del clima y una fascinante variedad de especies. Ya ha llegado el momento en que, por ejemplo, el orangután ya casi no tiene posibilidades de sobrevivencia en libertad. A raíz de la quema y el desmonte de los bosques, todo está completamente devastado, por consiguiente, es un hecho efectivo que las últimas selvas de la Tierra están desapareciendo a una velocidad vertiginosa. Esto significa que la previsible catástrofe, causada por la rápida desaparición de las selvas, ya es sólo una cuestión de tiempo. El suelo de la turbera, de las selvas turberas, en Borneo y Sumatra es, además, una bomba de tiempo a punto de estallar, puesto que estas islas son las regiones más potentes en cuanto a las más grandes selvas tropicales con suelos de turbera en todo el mundo. Las selvas turberas crecen sobre capas muy gruesas de turba y absorben múltiples veces más carbono que las selvas tropicales que crecen sobre suelos minerales. Por lo tanto, respecto al cambio climático, la destrucción de las selvas con suelos de turba es una bomba de tiempo a punto de estallar, pues en caso de que éstas también sean finalmente desmontadas, entonces se liberarán del suelo gigantescas reservas de dióxido de carbono, el gas de invernadero, que ya no podrán ser capturadas mediante una reducción en otras áreas. Si estas selvas son quemadas o desforestadas, entonces el carbono llegará a la atmósfera en forma de gas de invernadero, como dióxido de carbono (CO2). Y todo esto se basa en los efectos ausgearteten e irresponsables que provienen de la desmesurada superpoblación.

Otro problema catastrófico que se produce como aberración y consecuencia de la superpoblación es el uso excesivo del agua potable, que se obtiene de la superficie, así como también del agua freática [N. d. T.: agua subterránea], del cual el ser humano de la Tierra depende tanto igualmente como de la naturaleza y toda su fauna y flora. A raíz del uso desmesurado de agua subterránea, en muchas regiones –como por ejemplo en China, en los EE. UU. y México– el nivel de agua subterránea ha bajado tan severamente que ya hay consecuencias muy negativas. Así se presentan hundimientos del suelo, desecación de áreas húmedas o un empeoramiento de la calidad del agua. Ciertos países, como Libia o Arabia Saudita, usan como fuente de agua potable y para el riego los así llamados yacimientos de agua subterránea fósiles, que se formaron hace miles de años cuando el clima en esas áreas, hoy desérticas, eran aún más húmedas. Sin embargo, estos almacenamientos de agua subterránea hoy en día ya no se están renovando a través de la precipitación. Naturalmente, esto tiene como consecuencia que el agua potable se vuelve cada vez más escasa, especialmente también por la razón de que grandes compañías sacan el agua para sus plantaciones de todo tipo, haciendo así que se sequen los arroyos, pequeños ríos y lagos, mientras que la población pasa sed y debe comprar muy cara su agua potable a las compañías de agua, que la transportan a través de grandes distancias. Y en esto, el crecimiento poblacional, igualmente juega un papel importante, pues mientras más crece la superpoblación, tanta más agua potable necesita. En ello, la industrialización y la urbanización son factores muy importantes, puesto que, por una parte, la industria consume inmensas cantidades de agua, mientras que el consumo de agua en las poblaciones urbanas es mucho mayor que en la población rural. La población del mundo crece, y con ella, también crece su demanda por cosas cotidianas, por lo tanto, también el consumo de agua. En el siglo 20 la población mundial se elevó inmensamente, pero durante el mismo lapso el consumo de agua aumentó seis veces a causa de la superpoblación. Si se continúa con la contaminación y el uso excesivo y el envenenamiento de los depósitos de agua debido a la industrialización y la agricultura, y las empresas de horticultura y plantaciones, entonces en el año 2025 habrá tres mil millones de personas que sufrirán de falta de agua, con África y Asia ocupando el primer lugar en este aspecto. Efectivamente, en los años venideros el consumo de agua global subirá en un 50 por ciento a causa del aumento anual de la superpoblación de unos 100 millones por año.

Ahora bien, no sólo la falta de agua es el gran problema de la humanidad terrestre, sino que lo es también el desperdicio de los recursos existentes, así como también la contaminación de éstos, a raíz de lo cual se vuelven inutilizables para siempre. Por lo tanto, se produce una falta de recursos al mismo tiempo que ocurre un despilfarro y una contaminación, a lo cual se agrega el cambio climático, todo ello teniendo un efecto conjunto, impulsando así aún más la catástrofe que viene. Sin embargo, el mal va aún más lejos porque también se destruye el poder de autolimpieza de las corrientes de agua, de los lagos y de áreas húmedas debido a la extracción excesiva de agua y el aumento de obstrucciones, por lo que todo empeora constantemente, surgiendo un movimiento circulatorio, imparable y destructor. Las consecuencias son que cada año mueren 1,5 millones de niños por las secuelas de la contaminación del agua y las malas condiciones higiénicas. Si esto se calcula por día, son alrededor de 5000 niños que pierden su vida a causa de ello – sin contar los adultos que igualmente mueren a consecuencia de las malas condiciones higiénicas y la contaminación y el envenenamiento del agua. También es un hecho que hoy en día, casi una de tres personas en el mundo sufre por la falta de agua. Según estimados, cada año mueren 350000 personas por las consecuencias de la contaminación del agua potable, así como por hambre o por aguas crecidas, inundaciones, etc. Así es como sufren por la falta de agua ya desde hace años los pequeños agricultores y ganaderos en el norte de África y la zona de transición entre el desierto del Sahara y su sabana al sur, llamada Sáhel, así como también en Nigeria, Darfur, el Chad, Kenia, Somalia, Malí y Burkina Faso. Y esto sucede a menudo también porque las grandes compañías dueñas de plantaciones les desvían el agua potable a las personas, secando arroyos, ríos y lagos. Además, la verdad es que los límites de los perjuicios tolerables para los ecosistemas ya han sido rebasados desde hace mucho tiempo, pues ya están parcialmente e irreparablemente contaminados o destruidos, e incluso aniquilados. Esto lleva inevitablemente hacia una crisis de agua a nivel global, con consecuencias muy devastadoras para miles de millones de seres humanos. Para afrontar esta crisis significa que hay que dedicar mucha más atención a la protección del agua existente contra su uso desmesurado y su contaminación. Sin embargo, estos problemas no pueden ser solucionados simplemente a través de plantas depuradoras de aguas residuales, sino sólo mediante el manejo controlado y sostenible del agua que debe estar enfocado también a que ya no se produzca ninguna contaminación, por una parte, y por otra, que se impida que se despilfarren enormes cantidades de agua a nivel comercial. Si en todo esto se considera también la higiene necesaria, entonces resulta que hay alrededor de tres mil millones de personas en todo el mundo que no tienen ninguna conexión al drenaje de aguas residuales en sus viviendas, etc. Y si las aguas residuales llegan al circuito natural sin ser depuradas, entonces sufren no sólo la naturaleza y el agua potable, sino también la fauna y la flora, así como también los seres humanos, ya que, a causa de las aguas residuales no depuradas, se producen consecuencias negativas en todos los entornos, es decir, se producen sustancias tóxicas que perjudican la salud de todas las formas de vida. Más de mil millones de personas ni siquiera tienen acceso a instalaciones sanitarias, y muchas más no lo tienen en suficiente medida. Aparte del acceso al agua potable como problema más apremiante, la higiene y con ello, las instalaciones sanitarias, son otro requerimiento necesario. En Europa también, el problema de las aguas residuales es enorme, puesto que hay regiones enteras, como por ejemplo en Rumanía y Portugal, etc., que tienen que subsistir sin una suficiente depuración de aguas residuales. Y si se observa los ríos en el sur de China, ya no se puede hablar de ríos sino ya sólo de gigantescas cloacas fluyentes, cuya ‹agua› ya ni siquiera se puede usar para irrigar el campo porque los venenos contenidos en el agua hacen que todas las plantas se mueran – aparte de los seres vivos que revientan miserablemente en esas aguas negras. Y si se considera los barrios pobres en las grandes ciudades, se comprueba que se encuentran encima de una capa de agua subterránea que está contaminada por un caldo de desechos y de materias fecales de origen humano y animal, de modo que la salud de los habitantes de esos barrios pobres es perjudicada en gran medida. A pesar de ello, en diversos países hacen falta las plantas depuradoras de aguas residuales, por lo que no se puede ponerle remedio a este mal. Un mal que aumenta cada vez más en relación con el crecimiento de la superpoblación y no puede ser contenido. Sin embargo, aparte de todo lo que se ha venido mencionando hay otros problemas adicionales con el agua potable, como entre otros, los ramos económicos del deporte y del turismo. Así hay instalaciones para el deporte y el turismo que son regadas, como, por ejemplo, campos de futbol y de golf, etc., así como también piscinas, donde se malgastan enormes cantidades de agua buena. Según cálculos de especialistas, un campo de golf grande con 18 hoyos necesita cada año unos 700 000 metros cúbicos de agua [N. d. T.: 700 millones de litros], es decir, unos 1918 metros cúbicos o 1.918 millones (casi dos millones) de litros por día. Esto corresponde a un volumen diario de una ciudad con 15 000 habitantes, si se parte de un consumo directo de 127 litros por día y por persona. Este absurdo modo de proceder, bajo ciertas condiciones, puede conducir a que baje el nivel del agua freática en la región correspondiente, incluso a la desecación de toda la región. En las regiones secas de la región del mediterráneo también se malgasta el agua sin piedad alguna. Parcialmente, el consumo de agua en esas regiones sube, a causa de sistemas de riego no apropiados, a más del 90 por ciento de las reservas de agua. Sirva de ejemplo el mar de plástico, en la costa andaluza del mar mediterráneo, donde entre otras cosas, se cultivan las fresas españolas. La horticultura y la agricultura han desecado un río entero, siendo esto sólo una pequeña parte de lo que es usual y común en España respecto al mal uso del agua. En toda España existe medio millón de pozos de uso ilegal, a través de los cuales se extrae el agua freática, sobre todo por grandes empresas agrarias. Si se compara esto con el consumo de agua privado y doméstico, entonces se puede hablar de una necesidad de agua que es sólo mínima, relativamente. Las consecuencias por las ausgeartete medidas tomadas que provienen inevitablemente de la superpoblación, sin embargo, conducen aún mucho más lejos si se considera la así llamada ‹agua virtual›, lo cual se refiere a una determinada cantidad de agua que es utilizada para producir algo. Pero si el agua es desviada para la producción de algo, entonces se pierde el agua potable destinada para el ser humano. En el peor de los casos, esto conduce a la explotación excesiva de lagos y ríos, así como fue el caso con el lago Aral, que fue desecado por la excesiva extracción de agua. Desde luego, el agua se puede importar y exportar y así se puede transferir lo que se necesita. Si se exporta el agua, entonces una región pierde el agua virtual que se encuentra efectivamente, por ejemplo, en los melones, las naranjas y otros cítricos, así como también en otros productos – incluso en productos técnicos. El mismo comercio puede mitigar, tanto las consecuencias propias, así como las del cambio climático. Si una región o un país importa mercancía, entonces efectivamente también está importando agua virtual. Similarmente como el comercio global, los circuitos de los grandes sistemas de viento también transportan el agua de una parte de la Tierra a otra. A todo ello se le denomina efectos de causa natural o efectos de causa antropogénica, es decir, causados por el ser humano. Así, en el caso del viento, se puede hablar de un transporte natural, pero en el caso de comerciar con agua, se trata de un transporte de agua antropogénico.

A nivel mundial, no hay una sola gran crisis, pues existen muchas pequeñas. Por un lado, debido a la avaricia por el dinero, y por otro, como efecto de las maquinaciones ausgeartete causadas por la superpoblación, irresponsable y simplemente se les roba el agua a las personas, tal como sucede, por ejemplo, en Israel, donde en la región de la ribera occidental del Jordán el agua es desviada, desecando al Jordán; tal como sucede también lenta pero definitivamente con el lago de Genesaret, y tal como ya sucedió con el lago Aral, del cual se extrajo agua para los campos de algodón de Uzbekistán, por tanto tiempo hasta que se secó. Y en cuanto al consumo de agua de Las Vegas, el agua tiene que ser bombeada desde lejos, desde más allá del desierto. En España —como fue mencionado— el agua del río Ebro es malgastada para regar los campos de fresas, por lo cual esa región se está convirtiendo, a paso lento pero seguro, en el primer desierto europeo. Al observar bajo la lupa la región de Arizona en los EE. UU., en una región árida del territorio indio, se encuentra una compañía minera que bombea agua freática para poder transportar carbón, que ha sido previamente triturado, a través de tuberías. En muchas partes del mundo hay malas cosechas a gran escala a causa de la escasez de agua, mientras que, en California, los bosques sufren incendios durante ya casi todo el año. El agua es de absoluta importancia vital para el ser humano, la naturaleza y su fauna y su flora, pero aun así se abusa despilfarrándola, ensuciándola y haciendo mal uso de ella puramente para fines comerciales, por lo que hay muchas personas que sufren por la falta de agua e incluso mueren a causa de ello. El agua es incluso un factor en tiempos de guerra también, sobre el cual las partes beligerantes gestionan respecto al uso común de las aguas corrientes. Sin embargo, dentro de poco tiempo, el agua podría ser ya no sólo un tema de qué hablar, sino que se podría convertir ella misma en objeto de guerra porque los recursos acuáticos son explotados y comercialmente mal usados de un modo cada vez más maligno. De hecho, ya ha llegado el tiempo en que abiertamente y con regularidad se advierta de este peligro, pero en este aspecto, todas las palabras y advertencias se las lleva el viento, así como también fue y sigue siendo el caso con todas las predicciones y profecías, y esto a pesar de que desde los años 1950s se han cumplido comprobadamente en forma aterradora y continúan cumpliéndose también. Toda explicación, por muy fundamentada que sea, y toda predicción, por muy precisa que sea, es —entre los gobernantes encargados y la gran mayoría de la humanidad terrestre— como un grito en el desierto, donde cualquier sonido simplemente se muere sin resonancia en algún sitio de la gran vastedad.

En lo relativo a ríos y lagos en fronteras, por lo regular, las cosas están claramente definidas, pues básicamente cada país tiene siempre la soberanía respecto a las aguas colindantes o respecto a las fuentes que se encuentran en su propio territorio. Cuando se trata de un río limítrofe o un lago limítrofe, entonces el derecho de posesión, por lo regular, se estima desde ambos lados hacia el centro del cuerpo de agua. Por consiguiente, generalmente no importa cuál país es el más poderoso en cuanto a sus fuerzas militares. Desde luego, en tiempos de guerra, así como también desde el lado privado y comercial, siempre existe el peligro y la posibilidad de que especialmente los ríos y arroyos sean maliciosamente drenados y desviados por interés propio, conquistados o incluso criminalmente y malignamente contaminados o infestados de algún otro modo. Por supuesto, este tipo de conflicto siempre puede darse una que otra vez, pero generalmente, hoy en día es difícil invadir territorios ajenos, en comunidades de países relativamente seguros debido a decisiones de las Naciones Unidas, sin que haya sanciones. A pesar de ello, repetidas veces sucede que las superpotencias invaden países ajenos, como lo comprueba como mejor ejemplo la invasión de las fuerzas armadas de los EE. UU. en Iraq y en Afganistán. Sin embargo, afortunadamente hoy en día estos eventos son de poca frecuencia, aparte de las maquinaciones de tipo guerrilla, pseudo revolucionarias y bélicas que están constantemente en marcha en docenas de países alrededor del mundo. Y también hay que mencionar que las manipulaciones practicadas con los arroyos, ríos y lagos tienen un efecto como un bumerán para quien lo causa, en efecto, hasta que las consecuencias se vuelven catástrofes ecológicas, como se ha comprobado una y otra vez desde tiempos antiguos, hasta nuestro tiempo.

En los últimos 50 años, el aumento en el consumo de agua ha subido más de dos veces más rápidamente que lo que creció la población mundial, teniendo una gran culpa la ampliación masiva de la horticultura a base de riego y la agricultura a base de riego. Esto, aparte de que en el ámbito privado de los terrícolas se desperdicia cada vez más agua para cualquier cosa posible e imposible. También echan a perder enormes cantidades de agua las cantidades demenciales de cría de animales a gran escala, donde generalmente las bestias son maltratadas con antibióticos, causando que los consumidores de carne desarrollen una resistencia a los antibióticos –lo cual provoca que muchas enfermedades y padecimientos, etc., ya no puedan ser curados, o pueden ser curados sólo con dificultad. Así es el caso también respecto a los restos de mamíferos y aves, donde cantidades enormes de sangre de mamíferos y de aves, así como excremento, etc., son lavados con agua. En el cultivo industrial de pepinos, tomates, fresas, naranjas y demás productos alimenticios naturales, se necesitan mundialmente alrededor del 70-90 por ciento del consumo del agua, dependiendo de cada país, y como consecuencia, para la población le es posible comprar su agua potable necesaria ya sólo por botella y a precios horrendos, por lo que los grandes consorcios, etc., se pueden enriquecer aún más. Si se toma como ejemplo sólo a España, la cual abastece a toda Europa con fruta y verdura durante todo el año, entonces se debe decir que en ese país se despilfarra tanta agua como no sucede en ninguna otra parte de Europa. Y si se observan los campos regados artificialmente entonces se nota que, por un lado, la mayor parte del agua se pierde inútilmente al filtrarse en el suelo, y por otro lado, se evapora inútilmente a causa de la luz del sol.
Si por último se toma en consideración la cría masiva de animales, se debe mencionar que, por ejemplo, se necesitan aproximadamente 16 000 litros de agua para poder obtener tan sólo un kilogramo de carne de res. El empleo del agua es especialmente elevado en la producción de la carne, pues una res no sólo bebe mucho, sino que también come mucho pasto, el cual a su vez necesita agua para su crecimiento. Y si se calcula esta cantidad por una sola res y entonces se calculan los aproximadamente dos mil millones de cabezas de ganado que son criadas mundialmente como proveedores de carne mediante la cría masiva de animales, entonces ya es casi inconcebible la cantidad de agua que se necesita para todos los animales. Esto es válido igualmente para cualquier otro tipo de cría masiva de animales, trátese de cerdos, borregos, cabras, becerros, venados, conejos, etc., y también para las aves de toda clase y tipo. En dondequiera que se despilfarra el agua absurdamente se hacen necesarias inversiones para protegerla. La culpa de ello la tienen, por un lado, los gobiernos que no emprenden ni llevan a cabo lo que se necesita; por otro lado, la tienen también aquellas grandes masas de población que consumen de un modo absurdo enormes cantidades de agua sin que haya necesidad de hacerlo. También en el aspecto comercial prevalece una gran culpa en muchos aspectos, y no sólo porque se cultivan plantas que especialmente dependen de agua en forma intensiva, pues éstas traen mucho dinero al ser comercializadas. A raíz del crecimiento de la superpoblación y el creciente nivel de vida, el consumo de agua aumenta igualmente en forma masiva, y si el ser humano se alimentara de carne en sólo un 20 por ciento, entonces el consumo de agua se duplicaría horrendamente para la correspondiente producción de carne.

En los países industrializados, así como también en la mayoría de los países de la Tierra, el agua aún es barata como en antes porque el gobierno la subvenciona. Mientras que en otros países es cara y es un bien muy costoso para la población, especialmente allí donde grandes corporaciones mantienen gigantescos complejos para la horticultura y la agricultura, así como plantaciones enormes, robándoles el agua a la población, con lo que se forran de miles de millones de dólares, etc. Es necesario que el valor del agua sea mundialmente reconocido por los gobiernos y todas las personas, protegiéndola con medidas rigurosas, repartiéndola equitativamente y haciéndola accesible para la población. No obstante, por el momento, esto aun no es de esperarse porque los encargados de los gobiernos no emprenden nada en esta dirección, y con su irresponsabilidad tampoco se dan cuenta de que la naturaleza no está para bromas y ella contraataca de una forma más enfurecida y más rápida de lo que la humanidad es capaz de imaginarse. Esto es válido igualmente para los pozos petroleros y los yacimientos de gas natural, que dentro de un buen lapso se agotarán para siempre.

Tan sólo con los hechos mencionados hasta aquí se puede refutar lo absurdo del filme ‹Population Boom› [N. d. T.: Explosión Poblacional], en el cual se plantea que el ‹escenario horroroso de la superpoblación, la pobreza, la escasez de recursos, el hambre, el cambio climático› sólo se basa únicamente en el problema de la repartición y redistribución de los alimentos y de todos los recursos, según las afirmaciones de Werner Boote. Contrario a esta ingenua afirmación está un hecho comprobable que todos los efectos malos, negativos, malignos y graves sobre todos los sistemas ecológicos del planeta y también sobre el clima, sobre la naturaleza y su fauna y flora, así como para los seres humanos de la Tierra, existen a causa del crecimiento de la población, y por lo tanto, ya desde hace mucho tiempo, a causa de la superpoblación. En ello, otro problema también es la pobreza, que es vista por Werner Boote de una forma muy simplista, como, por ejemplo, que los pobres no tienen dinero o muy poco, ni tampoco tienen terrenos propios. Desde el punto de vista erróneo respecto a las tierras propias que no tienen los pobres, no sólo tienen la culpa los ricos, pues hoy en día, la mayoría de las tierras las poseen las enormes compañías, así como países —como China, etc.— que compran tierras en otros países, en todo el mundo, para la producción de sus propios alimentos, y en donde los gobernantes que liquidan esos terrenos se los expropian, es decir, se los roban a la población. Por otra parte, hay que considerar también que no cualquier tramo de terreno sirve para cultivar alimento, pues las sábanas y los desiertos yermos, montañas pedregosas, así como también los pueblos y las ciudades, no se pueden utilizar para el cultivo de alimentos. Esto cuenta también para calles y carreteras, áreas de fábricas y grandes empresas, así como aeropuertos, etc. Y respecto a la pobreza, hay que añadir el problema del desempleo porque la economía industrial no puede emplear a más personas que las que necesita y lo que le es posible sin que se sobrecargue de personal, sufriendo pérdidas en lugar de obtener ganancias y poniendo en juego su existencia.

Sin embargo, en lo que concierne el hambre, hay que darle la razón a Werner Boote, pues si mundialmente se repartieran los alimentos de una forma justa, se podría contener el hambre. Se podría combatir y terminar con el hambre en el mundo si los mil millones de toneladas de alimentos que cada año son absurdamente desechados por los consumidores en los países industrializados de Europa fueran repartidos justamente entre los que sufren hambre. Esto es porque, por un lado, una idiota fecha de caducidad induce a los consumidores a hacerlo —pues viven bajo la ilusión de que cuando está casi o totalmente vencida el contenido ya no se puede utilizar, lo cual corresponde a un modo de pensar tonto y enfermizo— y, por otro lado, es también el afán de despilfarrar que juega un papel cuando alimentos que aún están en buen estado son eliminados o arrojados a la basura. Ahora bien, si estas mil millones de toneladas de alimentos desechados fueran repartidos mundialmente entre los necesitados, entonces ellos se podrían abastecer en una medida más allá de lo necesario. Es un hecho que tan sólo los alimentos de toda clase que son desechados anualmente alimentarían de dos a tres veces a toda la población terrestre de alrededor de 8,5 mil millones de personas.

Ahora bien, si se afirma correctamente que la mayor parte de los recursos naturales es consumida por las personas en los estados industrializados, es correcto, contra lo cual, entonces, no se puede objetar nada.
Pero si acto seguido se afirma que África, con 40 personas por kilómetro cuadrado —al contrario de 170 personas por kilómetro cuadrado en Europa Occidental— no está superpoblado, entonces corresponde esto a una mentira o a una valoración equivocada de los hechos. Según cálculos muy antiguos que fueron elaborados para el planeta Tierra, es preciso que el planeta esté poblado por sólo 529 millones de personas, calculándose con sólo 12 personas por kilómetro cuadrado de tierra fértil. Y puesto que, en África, así como también en otras partes del mundo, hay desiertos, montañas y bosques, así como selvas, siendo todos estos inhabitables, entonces es fácil calcular que 40 personas por kilómetro cuadrado ya corresponden a una superpoblación, al igual que las 170 personas por kilómetro cuadrado en Europa Occidental. Por lo tanto, es una enfermiza falta de inteligencia y de responsabilidad, decir que aún si se cuadruplicara la población de África, la densidad de población aún se quedaría significativamente por debajo de la de Europa. Una aserción de este tipo está marcada, en efecto, por mucho más que sólo por una gran insensatez y falta de inteligencia. Este hecho no cambia en nada si se afirma correctamente que una sociedad que está orientada hacia el producto se convierte en una sociedad orientada hacia el consumo [N. d. T.: consumismo] y en una sociedad idiotizada. Al afirmar esto correctamente, desafortunadamente se olvidó decir que la humanidad actual, es decir, la mayor parte de ella, es una sociedad orientada hacia el lucro, que pasa por alto los apuros, el sufrimiento y la miseria e incluso el comercio de esclavos y humanos, el trabajo infantil y el asesinato, el homicidio, la guerra y el terror religioso-fanático, así como también pasa por alto las desavenencias familiares, las dramas de celos, la prostitución, así como la tortura y toda clase de delitos capitales, sin querer verlos. Y todo eso son también excesos y Ausartungen que, como Ausartungen, provienen de la superpoblación y que aumentan constantemente con relación al crecimiento poblacional. Por lo tanto, es un deseo insensato y carente de responsabilidad si se exige que las películas [documentales] que se ocupan del problema de la superpoblación, se deberían archivar. Pensamientos con tales deseos no sólo desprecian al ser humano, sino que también son criminales y carentes de toda sensibilidad humana porque, al expresar esto, [el crecimiento de] la superpoblación es cultivada incesantemente. Y aquellos documentales donde se niega la superpoblación y se le resta importancia —debido a una perspectiva errónea y una actitud irresponsable que no considera la realidad y su verdad— deberían ser rotundamente prohibidos porque confunden a la humanidad y sirven para instigarla a impulsar más la superpoblación. También la idea disparatada que los llanos y los desiertos despoblados simplemente deberían ser poblados por humanos, resolviéndose así el problema del espacio, comprueba que no se piensa de un modo ordenado, sino que simplemente y con falta de juicio se lanza al mundo un llamado sin sentido, pues hay que considerar todo lo que es realmente necesario para hacer habitables los llanos {N. de T.: las estepas} y los desiertos, y ni qué hablar de hacerlos fértiles para el cultivo de alimentos.

Con respecto a sus afirmaciones, Werner Boote ha reflexionado de un modo irrealista y simplista, pues él no se ha dado cuenta del hecho efectivo de que, en efecto, una superpoblación masiva ha causado todos los problemas en el mundo, los está causando y también continuará causándolos. Él se ha aferrado de un modo simplista a su idea de la ‹justicia en la repartición› y de los ‹adinerados del occidente› quienes no les conceden el mismo derecho a los pobres que no viven en el occidente. Sin embargo, éstos son modos de ver que no tienen nada que ver con la superpoblación que continúa creciendo vertiginosamente, por cuyo motivo todos los ecosistemas del planeta ya ha sido perjudicados comprobadamente a una medida tal que ya se han vuelto irreparables. Desde luego, las ‹personas mejor situadas› del mundo forman una cantidad de personas que tienen en sus manos todo lo relacionado con la industria y lo demás de la economía, pero no es como se afirma que por eso no se habla sobre el consumo, el cual efectivamente representa un problema mundial, porque todo se maneja de un modo irresponsable e injusto en ese sentido. Este problema sí es considerado en el mundo una y otra vez, pero todos los responsabilizados que tendrían el poder de hacer algo positivo en esta dirección sólo piensan para sí mismos, para su propio beneficio y sus propias ganancias.

Ahora es necesario abordar otro mal de la superpoblación que Werner Boote tampoco aborda en su documental, esto es, el hecho de que se hacen negocios sucios con los alimentos, ya sea con las verduras, con las frutas y moras, o con la carne y el pescado, etc., donde los irresponsables criminales ganan dinerales. Los productores de alimentos naturales son mal pagados por los compradores de su mercancía, quienes luego revenden los productos a precios excesivamente altos, a menudo con ganancias múltiples del cien por ciento, que los consumidores tienen que pagar – ya sean ricos o pobres. En esto, también se involucra el trabajo infantil y de esclavos, durante el cual los niños y los esclavos son maltratados física y psíquicamente, recibiendo una paga extremadamente miserable – si es que la reciben. También éstos son efectos y excesos causados por las formas de actuar y consecuencias que provienen de las maquinaciones ausgearteten de la superpoblación. Aquí también se debe considerar la pesca en los océanos, donde se evaden sistemáticamente las cifras permitidas, continuándose así la pesca excesiva en los océanos, a causa de lo cual pronto el pescado se encarecerá tan masivamente que ya ninguna familia de obreros podrá comprarlo, sino sólo los ricos. El hecho es que, según cálculos más recientes, hoy en día el 90 por ciento de todas las reservas de pescado en el mundo, utilizados comercialmente, ya están siendo explotados en exceso, con el 61 por ciento siendo amenazados críticamente por la extinción. Con respecto a la sobrepesca, es especialmente problemática y criminal la pesca con los así llamados ‹barcos monstruo› [N. d. T.: barcos de inmenso tamaño y capacidad de producción], con los que se practica la pesca ilegal y se explotan los océanos, y no sólo con relación a peces sino también con respecto a otras creaturas del mar que le sirven de alimento al ser humano. En todo este tipo de pesca se practica el abuso, lo que incluye que al matar a creaturas que no sirven para la venta y el consumo, éstos son lanzados de vuelta al mar o son procesados como alimento para gatos o perros, etc. A ciertos peces, se les corta sólo las aletas dorsales, etc., y las creaturas, sufriendo dolores infernales, son lanzadas vivas de regreso al mar. Así, a nivel mundial no existe una sola especie de pez y ninguna creatura del mar que no sea pescada y cazada de una forma excesiva y totalmente irresponsable a causa de la enorme necesidad alimenticia de la enorme superpoblación, y donde, como ya se ha dicho, el 61% está cerca de la extinción. Y el colmo de la falta de inteligencia y de responsabilidad se puede encontrar no sólo entre los pescadores y compañías de pesca, sino también entre los nutricionistas/nutriólogos y los científicos del mismo ramo quienes, con una actitud idiota, propagan la idea que el ser humano debe comer pescado por lo menos una vez a la semana para cubrir su necesidad de grasas omega-3, y esto a pesar de que hay mejores alternativas para ello, como por ejemplo la nuez y el aceite de cardo, así como también el aguacate, que está siendo utilizado mundialmente como alimento por el ser humano. Pero se piensa tan poco sobre esto, así como tampoco se piensa sobre el hecho de que los peces y también diversas otras creaturas marinas que se pescan con redes, se asfixian miserable y dolorosamente en las mismas. Y se debe temer realmente que es lucrativo que los océanos sean saqueados en última instancia, pues la falta de conciencia ética y moral de los seres humanos ante todas las creaturas que le puedan servir de alimento es ilimitada, por lo tanto, a la mayoría de la humanidad le da igual cuáles especies y clases de creaturas que les sirvan de alimento sean extinguidas. Y entonces debería haber alguien que afirme que la extinción de todas las creaturas afectadas no se debe a las consecuencias y excesos de la superpoblación. Esto realmente sólo lo puede afirmar una persona que no está bien de sus cabales, desconoce abismalmente la realidad y su verdad o deambula ciego ante la verdad.

Ahora, aquellas compañías de pesca que equipan y envían a la pesca a ‹barcos monstruos› evaden atinada y sistemáticamente las reglas establecidas internacionalmente para la pesca, para así maximizar sus ganancias. Su procedimiento en sus ‹barcos monstruo› es que a menudo, e incluso semanalmente, cambian la bandera que indica a cuál país pertenece –sólo aparentemente– el navío. El truco aquí es que de esta manera se pueden lucrar bajo las banderas de varios países en vez de sólo bajo la bandera del propio país de origen, por lo que naturalmente las cuotas de pesca pueden ser aumentadas drásticamente. Estos son hechos irrefutables, a pesar de que la asociación de pesca ‹Europêche› se niegue a aceptarlo. Un informe que se solicitó al plejaren (persona originaria del sistema estelar de las Plejaren {pronúnciese: pleyaren}] Ptaah –quien desde hace décadas hace observar y registrar los sucesos en los océanos por medio de sus colaboradores– confirma este hecho, así como también todo lo que se ha abordado y mencionado hasta ahora, en completamente todo aspecto. También se confirma que en Asia, es decir, en barcos procedentes del sureste asiático, hay esclavos que están obligados a realizar involuntariamente trabajos duros y que son forzados y maltratados a golpes. Según un reporte de la ONU, se indica que actualmente son explotados alrededor de 22 mil esclavos en la pesca, aunque, sin embargo, según las indagaciones de los Plejaren, el número de tales esclavos es aún mucho mayor.

Ya dentro de poco tiempo, la pesca excesiva en los océanos conducirá a que los porcentajes de la población restante de peces y demás creaturas marinas decrecerá aún más crasamente, un hecho que no es bien acogido entre los consumidores que compran tales productos del mar, porque ellos, a consecuencia de los precios horrendos ya no pueden comprarlos ni pagarlos, por lo que el deleite de los productos marinos sólo se queda reservado para los ricos.

Respecto a las consecuencias de los catastróficas y ausgearteten maquinaciones que continúan surgiendo a causa de la superpoblación, hay que decir que también Europa está involucrada en todo el desastre, especialmente la dictadura [llamada] Unión Europea. Por lo tanto, no sólo se intensifican mundialmente los esfuerzos de la industria pesquera en todos los demás países en el mundo, sino también por parte de la Unión Europea, y esto a pesar de que actualmente las cifras de captura se están estancando, según la FAO, en 80 a 90 millones de toneladas de pescado por año, lo que es una señal clara que los océanos están siendo sobre pescados absurda y excesivamente.

En casi todos los océanos y grandes lagos, hoy en día se captura a más peces que lo que puede regenerarse de modo natural. El hecho es que el 90% de todas las poblaciones de peces utilizados comercialmente deberían ser protegidos y más del 61% están siendo explotados excesivamente, más allá de los límites aceptables. En todo el desastre, la flota de pesca de la UE tiene un papel decisivo respecto a la explotación de los océanos, puesto que ella también ya no pesca solamente dentro de sus propias aguas. En realidad, la UE es el campeón mundial en cuanto a la pesca excesiva. Si se considera el Mar Mediterráneo, se observa que más de tres cuartas partes de las poblaciones de peces están siendo sobre pescadas, mientras que las poblaciones en las aguas europeas del Atlántico lo son en más de un 45%. La consecuencia de ello es que las flotas pesqueras de la EU se desvían cada vez más hacia aguas foráneas, donde actualmente ya obtiene alrededor del 25% de su captura. Así no sufre solamente la naturaleza, sino también los pescadores locales que, por una parte, ya no pueden capturar peces o pescan cada vez menos, y por otra parte, son privados de su base de subsistencia. La consecuencia de ello es que, en ciertos continentes, como en Asia y en África, los pescadores se convierten en criminales, en bandidos, ladrones, extorsionadores, secuestradores, piratas y asaltantes e incluso en asesinos. De ese modo, Somalia ha obtenido una fama especialmente mala. Por lo tanto, como ya se mencionó, también en la UE la pesca está completamente fuera del control, pues también se ha unido al lobby (grupo de presión) de la pesca, dedicándose a la pesca excesiva al mantener flotas de pesca demasiado grandes y sin apegarse al cumplimiento de las cuotas establecidas – pero ¡qué se puede esperar de una dictadura! Hay que decir aún que a nivel mundial existen dos y medio veces más barcos de pesca que lo que es necesario y sustentable para una pesca realizada con responsabilidad y sensatez. Tan sólo en el lapso de 2003 a 2011, en el noreste del Atlántico, la flota de la UE extrajo parcialmente el doble de pescado y otras creaturas marinas que lo que fue recomendado por los científicos. Sin embargo, esto no es todo, pues hay que agregar la pesca ilegal que es practicada en muchos lugares, así como también el robo de peces practicado por los ‹barcos pesqueros monstruo›.

Todo lo que se ha mencionado hasta ahora corresponde a sólo algunos pocos aspectos que –siendo excesos malignos, negativos y peligrosos que amenazan y destruyen la vida– provienen de las ausgearteten medidas y causadas por la superpoblación, pues hay muchos otros factores que podrían ser abordados y explicados, pues todo lo relacionado a los excesos, los efectos y los males provenientes de la superpoblación y que continúan aumentando a causa del continuo crecimiento superpoblacional es casi ilimitado y es aún mucho peor que todo lo que se ha descrito.

Semjase-Silver-Star-Center, 11 de noviembre de 2014, 23:47 hrs.,
Billy

Traducción: Wolfram Heine, Juan Villegas
Título original: Folgen der Überbevölkerung, en:
http://www.figu.org/ch/verein/periodika/sonder-bulletin/2015/nr-85/folgen-der
y en:
Plejadisch-plejarische Kontaktberichte, Gespräche, Block 14, pags. 23-35 [= Informes de contacto con personas de las Pléyades-Plejaren; conversaciones entre Ptaah, Quetzal, Enjana y Florena, de la Federación de las Plejaren; tomo 14, correspondiente al lapso del 25 de septiembre de 2014 hasta el 17 de febrero de 2016.], de ‹Billy› Eduard Albert Meier.
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Por el momento (mayo 2018), la obra completa ‹Plejadisch-plejarische Kontaktberichte› está disponible sólo en alemán. Por el momento existen 15 tomos editados en formato A4 con un total aproximado de 7526 páginas.