Sobrepoblación 02

- Salven la Tierra, la Vida, las Plantas, el Hombre y los Animales

La sobrepoblación causada por la humanidad es el mal más fundamental para la vida entera de este mundo, para todas las formas de vida y para el planeta mismo. Del agravio que es la sobrepoblación resultan todos los males concebibles de la edad moderna. Males que vuelven indigna la vida humana y destruyen y aniquilan lentamente pero con certeza toda existencia; todo por culpa del hombre mismo, quien se regocija tanto en verse a sí mismo como la "corona de la creación", y sin embargo está afectado de tal ceguera que no es capaz de ver la destrucción y exterminación que él mismo ha causado a su planeta y a toda vida. Especialmente desde el año 1.844, por comienzos de las primeras fases de transición a la era de Acuario, se ha tomado un rumbo hacia un destino letal para toda vida y el planeta, a manera de destrucción y aniquilación de todo tipo causado por el rápido desarrollo técnico y químico que está conectado con el crecimiento vehemente de la sobrepoblación. Ya han ocurrido destrucciones, extinciones, explotaciones y aniquilaciones que nunca más podrán ser rectificadas. Esto es evidente con la completa extinción de muchas especies de animales, pájaros e insectos, como también con la ya irrectificable destrucción y devastación del clima, de la naturaleza y del medio ambiente, etc; asimismo también la sobrepoblación causa que el hombre explote la Tierra, y entonces toma posesión de petróleo, gases y cristales y minerales de manera tan abusiva, que la Tierra lentamente pero con certeza se va vaciando de todo aquello que el hombre necesita para su vida material. Lo que ha sido una vez explotado, consumido o simplemente desperdiciado, es perdido irrevocablemente para siempre ya que el planeta no será capaz de regenerarlo nunca más.

A causa del crecimiento imparable de la sobrepoblación, la Tierra tiene que ser explotada en todo aspecto cada vez más y más, finalmente amenazando, destruyendo, aniquilando y extinguiendo la vida completa del planeta como también todas sus formas existentes de vida.

Y hoy realmente ya no existe ninguna duda más - al menos para aquellos que piensan en forma lógica, razonablemente y también responsablemente - que toda inclemencia que se presenta y todo mal de hoy en día resulta única y exclusivamente por la enorme sobrepoblación, la cual se duplicará en el curso de los próximos 60 años si no se llevan a cabo medidas rigurosas, radicales y fuertes mediante leyes y decretos apropiados. Esto significa que si no se toma ninguna medida para contener la sobrepoblación, para el año 2.055 la población de la Tierra será de doce (12) mil millones de seres humanos, lo que significa que pronto se volverán realidad las historias de horror y de ciencia-ficción que describen el racionamiento de cada centímetro de espacio para vivir, también la pena de muerte por la polución ambiental, hasta la más pequeña, o por la procreación y por nacimientos no autorizados; todo mientras los ancianos son enviados a la muerte a través de "instituciones estatales de promoción para el más allá", después del cual sus cuerpos y órganos son convertidos en cubitos de comida de color verde, azul, cafe o amarillo, para alimentar la horrenda sobrepoblación. Esto ciertamente todavía es una visión de horror hoy en día, pero si no se hace algo pronto contra la desencadenada sobrepoblación, entonces muy pronto se volverá una amarga realidad.

Aún si el ser humano comenzara desde alrededor del año 2.000 con la rigurosa reducción de su sobrepoblación, o sea, con un estricto control mundial de natalidad y con todo el resto de medidas necesarias como están descritas en el libreto "Lucha Contra la Sobrepoblación", tomaría alrededor de 100 años hasta que la humanidad se haya reducido hasta la mitad. El número de la sobrepoblación se calcula en 5.876’884.079 (5 mil millones, 876 millones, 884 mil y 79) a mediados del año 1.993, lo que corresponde a un hecho efectivo y a alrededor de 400 millones más de lo que afirman los censos oficiales y los estadistas. Una acción rápida es necesaria, siempre considerando lo siguiente en cuanto al flagelo de la sobrepoblación;

  1. que todos los males que aparecen sobre la Tierra y en su humanidad, como también en todas las demás formas de vida, en el medio ambiente y el planeta mismo, son única y solamente ocasionados por la sobrepoblación de gente,
  2. que todos los agravios, como por ejemplo la hambruna, la escasez de energía, las plagas y epidemias, la contaminación ambiental, el terrorismo degenerado, las dictaduras, el anarquismo, la esclavitud, el tráfico con seres humanos, el aumento excesivo de basura normal y especial, el odio contra otras razas, la falta de medios de alimentación, la destrucción de los bosques tropicales, la destrucción de los bosques y campos de cultivo, la destrucción de la familia, el exceso de extranjeros, la indiferencia en general, la falta de sentimientos, la falta de respeto y reverencia, el miedo a la vida, el efecto invernadero, la polución del agua, el odio contra los asilados, la emisión radioactiva y la contaminación química del agua, del aire, de las plantas, de los medios de vida y de el hombre y los animales, la criminalidad y el crimen violento como el asesinato, las masacres y el homicidio, etc., el alcoholismo, el odio contra los extraños, la xenofobia, la opresión, el odio al prójimo, el extremismo, el sectarismo, la drogadicción, la extinción de los animales, la guerra, la violencia, la tortura y la pena de muerte, la mala administración, la explotación de la Tierra y de la naturaleza como también del hombre, la extinción de las plantas, el odio, el vicio, el celo, el egoísmo, la arbitrariedad, la falta de amor, la ilógica, el humanitarismo equivocado, la falta de viviendas, la escasez de espacio para vivir, el aumento excesivo de tráfico, la falta de trabajo, el colapso de instituciones de cuidado médico, el colapso de instituciones de cuidado para ancianos, el colapso de recolectores de basura, la destrucción total de la naturaleza y de la vida, el caos por todos lados, etc., etc., de la era moderna, encuentran su origen única y solamente en la horrenda y continuamente creciente sobrepoblación,
  3. que entre los diversos y desencadenados males de todo tipo sobre la Tierra existe una conexión directa e indirecta con la sobrepoblación, y hoy en día ya no existe ningún mal más que no depende de la sobrepoblación,
  4. que la situación de la Tierra, de los hombres en conjunto como humanidad y también la situación de los animales, plantas e insectos, etc., es todavía mucho peor que lo descrito en nuestra publicación "Lucha Contra la Sobrepoblación",
  5. que cada persona que niega los hechos de la verdad con respecto a la sobrepoblación y de alguna forma apoya a algún humanitarismo equivocado y también al flagelo de la sobrepoblación y al tímido consentimiento del mismo, está promoviendo el falso humanitarismo y el engaño de las personas, y también la incomprensibilidad hacia la vida misma, hacia todas las formas de vida y el planeta, todo lo cual causa que la sobrepoblación sea cultivada aún más y de manera más imparable,
  6. que la negante actitud ante la verdad y ante la lucha contra el crecimiento incontenible de la sobrepoblación, promueve peligrosamente la destrucción de toda vida terrestre y contribuye así a que el género humano de la Tierra, a causa del crecimiento imparable de su sobrepoblación, lentamente pero con certeza se destruya no sólo a sí misma, sino también a toda vida sobre el planeta y también al planeta mismo,
  7. que con respecto a la destrucción y exterminación del medio ambiente, del planeta, de la naturaleza, la vida de las plantas, los hombres, animales y el planeta mismo, no sólo ya nos está "llegando la hora", sino que con muchos de los males terrestres ya nos "llegó la hora"; mientras que con muchas otras cosas, destruidas y devastadas por el hombre y su sobrepoblación, ya se nos "pasó la hora" - sin esperanza alguna - y ya no hay más posibilidad de salvación,
  8. que quien no reconoce estas verdades, ni las percibe, ni las entiende, ni comienza a luchar contra todos los males en un sentido verídico - males que resultan única y solamente por la imponente sobrepoblación - es una persona hostil contra la vida e inepta para vivir, y de ninguna forma conoce ni tiene la responsabilidad necesaria para ser un ser humano real, para respetar la vida y honrarla, como también para luchar por la permanencia del hombre sobre el planeta Tierra, por toda vida terrestre dada por la creación planetaria,
  9. que también usted, con toda fibra de su propio cuerpo y de su vida comparte la responsabilidad por todos los males sobre la Tierra, así que usted también tiene la responsabilidad de ver que la vida terrestre completa, de todo tipo, continúe y prospere nuevamente y pueda florecer,
  10. que así como usted debe responsabilizarse por la subsistencia y la continua preservación de su propio cuerpo, así también tiene que responsabilizarse por la subsistencia y la preservación de la vida de sus semejantes, de sus prójimos, de sus propios familiares y descendientes, de los descendientes de ellos, y a su vez de los descendientes de ellos, etc,
  11. que su vida no termina ni concluye cuando la muerte lo separa de este mundo, sino que mediante una reencarnación regresa nuevamente como persona y vivirá sobre este planeta justo de acuerdo a cómo el mundo sea en el futuro; un mundo que usted ha ayudado a formar a través de su sentido de responsabilidad o través de su falta de responsabilidad - es decir en forma negativa o en forma positiva,
  12. que por lo tanto, usted comparte la responsabilidad por todos y por todo sobre la Tierra, y esta responsabilidad no se puede evadir fácilmente con respuestas y reacciones tontas ni con discursos e insultos absurdos, ni tampoco con amenazas o comportamientos y pretenciones soberbias,
  13. que los títulos, puestos, etc., son puro humo y no son prueba tampoco de que los portadores de tales titulaciones sean más responsables, más educados o de alguna forma mejores y más comprensibles que aquellas personas que no poseen un título alto, consecuentemente, las personas con y sin títulos - también sin importar si se trata de hombres o mujeres - tienen los mismos derechos y obligaciones y responsabilidades con respecto a la vida, su mantenimiento, su preservación y sobrevivencia,
  14. que el incesante crecimiento de la sobrepoblación terrestre, que es la razón de todo mal, puede ser parado, contenido y reducido sólo mediante medidas radicales y estrictas; concretamente, a través de leyes instituidas y legalizadas mundialmente que empiezen y ejecuten en cada país las medidas radicales necesarias,
  15. que desde hace tiempo la humanidad terrestre ha podido crear un orden a medias apropiado para la vida sólo estableciendo y ejecutando medidas legítimas, radicales y estrictas, es decir, cada legislación o decreto de ley corresponde - aún hoy en día - a una medida estricta y radical, en la que cada ciudadano íntegro tome parte normalmente, sin resistencia ni quejas, porque sabe que mediante estas medidas estrictas y radicales, llamadas hoy en día simplemente: ley y orden, se garantiza y se da la seguridad y el orden para que el ciudadano pueda asegurar su vida y sus bienes,
  16. que las medidas estrictas y radicales que garantizan el orden y la seguridad no restringen en ninguna forma la libertad del hombre, ya que toda persona que está a favor de la vida y está consciente de sus responsabilidades, establece dentro de sí y por sí misma estas mismas reglas para su vida entera y las implementa como guía de vida - si es que responsablemente le dice sí a la vida y la mantiene, la cuida y la protege,
  17. que sólo los irresponsables rechazan las leyes y el orden y también las medidas radicales y estrictas cuando éstas son necesarias para la protección de la vida, su continuidad, su evolución, etc.; y que los irresponsables de esta clase son elementos criminales que ignoran el derecho a la vida misma y también el derecho de vivir de toda forma de vida,
  18. que el derecho a vivir de toda forma de vida sólo puede ser garantizado y protegido cuando cada persona esté completamente preparada a tenerlo, y también a llevarlo,
  19. que el derecho de vida de toda forma de vida, ya sea éste hombre, animal, planta o planeta, sea respetado y tratado correspondientemente,
  20. que el derecho a la vida de toda forma de vida sólo puede ser garantizado y protegido si se garantiza la ley y el orden, también suficiente espacio para vivir, suficiente alimento, paz y bienestar para cada uno, también el entendimiento hacia el prójimo que es necesario para la vida, el amor hacia el prójimo y el sentido de responsabilidad hacia toda vida, lo que, sin embargo, puede ser garantizado únicamente con una populación que sea apropiada para el planeta, el cual de acuerdo al cálculo más preciso puede proveer y producir condiciones de vida y alimentación para satisfacer en abundancia a 529 millones de seres humanos.

Al comienzo, la Tierra necesitó alrededor de 2,5 millones de años, desde los primeros comienzos de los seres humanos terrestres hasta el año 1.820 D.C. para crear mil millones de personas. Al hombre de la Tierra le tomó sólo 173 años, hasta mediados del año 1993, para sobrepasar este curso de multiplicación natural alrededor de 5 veces, con una populación exacta de 5 mil millones, ochocientos setenta y seis millones, ochocientos ochenta y cuatro mil noventa y siete = 5.876’884.097. Estos datos son de la más alta exactitud, basados en hechos cronológicos y en cálculos precisos, al contrario de los realmente inexactos cálculos de la estadística terrestre y los census oficiales, etc.

Sigue a continuación una lista muy precisa que describe cómo la población terrestre en sólo 173 años se ha desarrollado en una enorme sobrepoblación destructora y exterminante. La lista comienza desde el año 1 de la era cristiana:

Año D.C.Populación Mundial
0001102465703
0500198847080
1000293408074
1300374079611
1500406100043
1600463618432
1700536718004
1750607407320
1800892333410
18101050477301
18201101042001
18401203561400
18601304540000
18801506462002
18901607493000
19001660990034
19051689987973
19101810900001
19151844760039
19201912000432
19251912964447
19302207034890
19352350481002
19402400389101
19452550108498
19502600047000
19552784382444
19603050382081
19633250798000
19663500100000
19693700641801
19723783847320
19753889992910
19784090799983
19814604031892
19844800411000
19875149979380
19905367887093
19935876884079

Al hombre de la Tierra se le debe de enseñar sobre muchos aspectos con palabras repetitivas y con hechos de la verdad, así también con respecto al flagelo de la sobrepoblación, la cual ahoga la vida entera y la existencia terrestre en la destrucción y en la ruina. La gente es ya tan endeble e incapaz del pensamiento razonable, que con el fin de realizar todos sus egoístas deseos y esperanzas, piensan y actúan en forma inhumana y criminal contra todo lo que sea capaz de vivir y contra sus derechos, contra el medio ambiente, la naturaleza y la existencia de la vida. Con esa forma falsa y egoísta de pensar, también la ley y el orden y todas las directivas creacionales de la existencia resultan ser despreciadas y pisoteadas, ya que cada uno se interesa sólo en sí mismo y no se preocupa de ninguna manera de la existencia real de la vida entera. Del egoísmo de esa forma de pensar y actuar surge también la animosidad y la oposición hacia las medidas estrictas y radicales que son necesarias para la continuidad del hombre y toda vida, lo cual prueba que estas personas erradas no entienden ni han comprendido la necesidad del momento y por eso se rebelan contra ellas. Esta forma de pensar, por un lado un egoismo extremo y por otro lado humanismo falso, es criminal ante toda vida y conduce a que todos los hechos de la verdad sean menospreciados y que la lucha contra la sobrepoblación, de la cual resultan todos los males de la Tierra, sea rechazada.

Ninguna de las soluciones aparentes ni ejercicios de coartada ayudan contra la ruina de la humanidad terrestre y todas las otras formas de vida; ayudas que son emprendendidas y llevadas a cabo por aquellos "mejoradores del mundo", los errados que ocupan puestos de responsabilidad, el lego, las autoridades y las más diversas organizaciones de protección ambiental, de ayuda mundial a los niños, organizaciones de ayuda para el desarrollo, ayudas contra el hambre y para los creyentes, etc., etc.

Todo en este aspecto es completamente inútil y sin sentido si no se lucha ni se elimina el problema desde la raíz, es decir desde la sobrepoblación, la cual debe ser combatida y contenida rigurosa y radicalmente por medio de una suspensión de nacimientos mundial e intencional y mediante otras medidas necesarias. Esas son las únicas posibilidades y la única forma para prevenir la destrucción y la ruina de la humanidad, del mundo entero, de la naturaleza y de los animales y el planeta. Quien no ve esto o no lo quiere ver es una persona trastornada o demasiado cobarde como para ver de frente los hechos reales. Tales personas no sólo vociferan en contra de la existencia de la vida entera, sino que también son humanistas errados e irresponsables que con su forma de pensar y actuar no sólo ponen en peligro a toda vida, sino que la destruyen.

En realidad la verdad no puede ser expresada una sola vez con palabras que parten de un humanitarismo falso ni con palabras diplomáticas, sino única y solamente con palabras repetitivas, directas, duras y no diplomáticas, que no encubren la verdad, sino que despiadadamente exponen los hechos reales. Sólo de esa manera las personas se sienten abordadas o agredidas y se causa que reaccionen correspondientemente y comienzen a enfrontar los hechos de la verdad actual. A cada uno le resultará claro entonces, que a través de dicha reacción se expresará y se revelará la postura real de la persona y también su comprensión o incomprensión. Como regla general, las personas comprensibles y no arbitrarias se dejan informar y enseñar en detalle - mientras que los que no quieren comprender y son arbitrarios cuestionan siempre todo, no poseen conocimiento real sobre los hechos reales, y pretenden adoctrinar injustificablemente a los más sabios con ideas falsas e injurian a éstos como herejes, demagogos, y polémicos - únicamente porque su intelecto no es lo suficientemente amplio como para poder reconocer y comprender la verdad absoluta - o porque poseen algún título y creen erróneamente que son más sabios, con más conocimiento, y mejores que los demás que no poseen algún título.
Pero cuán equivocados están estos dueños de títulos, cuando la regla general demuestra que la luz de éstos, puesta bajo un nicho, no alcanza ni a iluminar su interior.